domingo, 31 de julio de 2005

AMERICAN GRAFFITI (bueno, es una excusa)

American Graffiti (1973)
Dir.: George Lucas
USA




Acabo de verla por primera vez, y estoy contentísimo. He encontrado otra peli para "Mi Lista". Un grupo de pelis que necesito ver cada cierto tiempo, en momentos especiales, de cambio, de tristeza, de alegría... De sensibilidad a flor de piel. Que ayudan a soltar emociones y sentirse vivo. Porque podemos decir todo lo que queramos sobre el cine y sobre que tal o cual película es muy buena objetivamente. Pero la verdadera esencia de esto es que nos haga sentir. ¿Acaso alguien se enamoró del cine pensando en el delicioso montaje o en el maravilloso uso del plano detalle? No lo creo. Eso también es muy divertido, claro. Pero no es la verdad. La verdad llega con una peli que te da lo que necesitas en ese momento.

"American Graffiti" es una muy buena película. El dominio narrativo de Lucas es apabullante, y casi apena pensar que haya decidido gastar toda su vida en "Star Wars" negando cualquier posibilidad de hacer otras películas. Los actores hacen los papeles de su vida, sobre todo Richard Dreyfuss. ¿No es su cara al amanecer, esa sonrisa, la que todos ponemos después de una larga noche de vida? De eso trata la peli, de vida. Y por eso hace saltar las emociones. Esa sensación de acompañar a los personajes en un momento decisivo de su vida, y sentir que podrías ser tú. Qué coño, que ERES TÚ. Estas pelis son las verdaderamente necesarias. "American Graffiti" ya ha entrado en mi Hall Of Fame de pelis necesarias, junto a "Beautiful Girls" (el paradigma), "El Rayo Verde" o "Dieciseis Velas". No son las mejores, pero nos cogen, nos ponen de protagonistas, y nos dicen lo que queremos oír. Lo que NECESITAMOS oír. Sacan nuestra frustración y nos dan esperanzas, o nos recuerdan que, aun siendo personas del montón, lo que hacemos es lo que le da sentido a nuestra vida, nos hacen valorarnos. Nos dan una palmadita de "sigue así" o "da ese paso". Siempre tienen Frases. Y siempre tienen una canción. O varias. Porque la música es lo que provoca la reacción emocional directa. Si uno no tiene estas películas, su amor por el cine es una farsa. Ya sé que no he hablado de la peli, pero eso es casi secundario; es un instrumento necesario en "uno de esos momentos". Ahora estoy viviendo la madre de "uno de esos momentos", y"American Graffiti" me ha ayudado, y me ayudará, en el punto necesario. Hay que conservar y potenciar la inocencia, ser auténtico y sincero con uno mismo, abandonar el cinismo (el cáncer del mundo moderno) y dejarse llevar.

sábado, 30 de julio de 2005

LA SERPIENTE Y EL ARCOIRIS

The Serpent And The Rainbow (1988)
Dir.: Wes Craven
USA




Desde hace un par de días, le voy contando a mis amigos que he visto "La serpiente y el arcoiris". "¿Y cuál es esa?", me preguntan. "La de la portada que salía un tío saliendo de un ataúd con una cruz en la frente", respondo. Y entonces la recuerdan. Porque, si bien esta peli ahora está casi olvidada, su cartel era la imagen más terrorífica que podía verse en el videoclub a finales de los 80. Alquilaba compulsivamente "Critters", las de los "Ghoulies", "Golpe en la pequeña China" (¿es mi memoria que falla, o al principio se llamaba aquí "GRAN golpe en la pequeña China"?). Pero nunca me atreví con ésta. Que además era del tipo que ya me jodió gran parte de la infancia el día que mi madre cometió el error de alquilarme "Pesadilla en Elm Street" para que me hiciera compañía en un rato de solitaria enfermedad. Por fin me he armado de valor y la he visto.

Las pelis serias, de zombies "reales", son más bien escasas; ahora mismo sólo recuerdo ésta y "Yo anduve con un zombie" del gran Tourneur (¿alguien sabe de alguna otra que merezca la pena?). Y es una lástima que no se explote más el tema, porque estos muertos vivientes son muchísimo más terroríficos que los de la mayoría de las pelis; por una sencilla razón, ¡son humanos! Los zombies casi siempre se comportan como animales y, si muestran alguna referencia a su pasado humano, es por inercia. Los zombies del vudú permiten vernos reflejados en ellos y, aunque todas las historias que se cuentan sean falsas, queda un poso de "joder, esto podría pasar de verdad, y destruirle la vida a una persona". Más aún cuando, como aquí, se basa en teoría en hechos reales. Como en la peli de Tourneur, hay momentos casi de puro documental, de filmación de tradiciones para fascinar a los turistas; contrapuestas con rituales oscuros y privados que funcionan de verdad. Y Craven en ese aspecto cumple de sobra. El prólogo es muy definitorio: un grupo de personas rinde culto a un ataúd junto a un río y, de pronto, llegan unas brigadas de la muerte, y roban el féretro a punta de pistola para quién sabe qué oscuro propósito. El tono semi-realista de la peli se consigue también dando importancia a la situación sociopolítica de Haití. De hecho, la peli tuvo que terminar de rodarse en la República Dominicana, puesto que en Haití no se podía garantizar la seguridad del equipo, y la realidad se cuela en la ficción. Una isla de ex-esclavos no puede ser un sitio normal.



Toda la película es inquietante, con un puñado de momentos memorables, que han entrado ya entre mis escenas favoritas del cine de terror de los 80. Además de las imaginativas escenas de sueños y alucinaciones, hay una secuencia en particular que arrebata. En la isla hay una especie de procesión (con 4.000 extras, que se rebelaron contra el equipo pidiendo más sueldo al enterarse de que eran yanquis), donde cientos de lugareños suben una colina paseando cirios. Después, todos duermen a la intemperie, como drogados, rodeados de miles de velas, en un pequeño bosque. Por si no fuera suficientemente siniestro, el insoportable Bill Pullman tiene un sueño: ve al zombie que estaba buscando, y éste le trae a un ser vestido de novia que hace sonidos de ultratumba. La novia se acerca paseando por encima de los cuerpos dormidos de los fieles, le levanta el velo, y ve la cara podrida de una hechicera, que se desencaja la mandíbula para permitir la salida de un brazo asesino. Entonces, Bill se despierta, y amamos a Wes Craven por su habilidad para crear estas sensaciones de horror puro.



A pesar de ser una peli muy infravalorada, y de estar entre lo mejor de Craven,es el propio director el único lastre que impide el desarrollo del infinito potencial del material de base. Porque Wes Craven le da un ritmo demasiado rápido, casi atropellado, cuando es evidente que en algunos momentos tenía que haber pisado el freno. Y lo que realmente pierde a Craven es el efectismo. Muy obvio en los últimos 10 minutos, casi ridículos, y que casi se cargan la peli de forma similar a los últimos 10 minutos de rayitos de"Hellraiser". Es una cinta muy sugerente y casi única, pero de haber caído en las manos de otro director puede que ahora fuera un gran clásico. ¿Qué hubiera hecho Herzog, por ejemplo; un genial compendio de toda su obra? ¿Y Peter Weir; no habría venido mejor a la historia su estilo elegante y creador de atmósfera ominosa, arcana, al estilo de su primera etapa en el fantástico con "La última ola"? Sea como sea, me alegro de no haberla visto con 8 años, habría supuesto darle demasiado margen de trauma a Craven. A reivindicar película y director.

viernes, 29 de julio de 2005

Nicholas Roerich




Este tío era un ruso que se fue al Himalaya a pintar montañas, a soltar rollos místicos, y a dejarse crecer un bigote canoso como el de los chinos maestros del kung-fu. Era un apasionado de la arqueología, y sintió la llamada de culturas pasadas. Un artista multidisciplinar que dirían hoy, a lo Leonardo da Vinci que dirían hace un siglo, porque era además poeta, y creo que de los chungos, porque ahora es venerado en ese aspecto por asociaciones sospechosas, en plan fans de Paulo Coelho+JJ Benitez pero a lo yanqui. Aquí hay unos textos suyos que espero no tener que leer nunca; son demasiado profundos como para que sean mancillados por el Mozilla. En un viaje por Europa de esos que hacían los rusos de los libros del siglo XIX, en plan balneario de Baden-Baden, encontró el amor en una arqueóloga gafotas y reprimida (digo yo). La tía era otra elementa que también escribía proverbios baratos, y a Nicholas no le fue difícil comerle la cabeza. Los dos siguieron por el mundo dando por saco, y mientras tanto Nicholas nos dejó una increíble colección de cuadros, llenos de colores saturados y demasiado sugerentes.



A este artista lo descubrí hace unos años, leyendo mi primer Lovecraft, "En las montañas de la locura". Allí, el bueno de Howard repetía como 6 o 7 veces que el paisaje y el ambiente que describía era como el de los cuadros de Roerich; no sólo como persona, sino también parece que como escritor era inseguro, y no confiaba en que sus sobrecargadas descripciones fueran lo suficientemente claras. El relato, por cierto, es de los más flojos de H.P. porque, aunque tiene un buen puñado de momentos y de imágenes fascinantes (salen pingüinos ciegos) y un climax que da mucho canguelo, se embarra contando cosas sobre civilizaciones monstruosas. Algunas referencias a Roerich en el libro:
Extrañas formaciones en laderas de montañas más altas. Grandes bloques cuadrados y bajos con lados completamente verticales y líneas
rectangulares de paredes verticales como los antiguos castillos asiáticos adheridos a las empinadas montañas que aparecen en los cuadros
de Roerich.

Algo de aquel paisaje me recordaba las extrañas y perturbadoras pinturas asiáticas de Nicholas Roerich (...)

Fue Danforth quien nos llamó la atención acerca de la curiosa regularidad de las montañas más altas, regularidad como de fragmentos
adheridos de cubos perfectos, a los que Lake había aludido en sus
mensajes y que efectivamente justificaban su comparación con las
imágenes, como soñadas, de ruinas de templos primitivos sobre las cimas nubosas de Asia, que tan sutil y extrañamente pintara Roerich.

Después de ver sus cuadros, no pude sino estar de acuerdo con Lovecraft en que las casi oníricas pinturas de Roerich encajaban perfectamente en la atmósfera de su libro. Sólo que seguramente la intención del artista era mostrar algo reposado que invitara a la reflexión mística por medio de la naturaleza y símbolos budistas, y por culpa de H.P. sólo veo en ellas un indicio de ignotos mundos ocultos, arcanos, etc. En la web de su museo, hay una estupenda colección para ver, aunque las imágenes sean demasiado pequeñas. También hay una biografía en castellano aquí.



jueves, 28 de julio de 2005

A PROPÓSITO DE SCHMIDT

About Schmidt (2002)
Dir.: Alexander Payne
USA




Esta es una de esas pelis que uno ve porque hay algún nombre propio que le obliga. Aquí son dos: los de Alexander Payne (el dire de la justamente reivindicada "Election"; o "Entre copas", la peli que le ha consagrado, que aún no he visto) y Jack Nicholson (ya saben, el de "Las brujas de Eastwick"...). El primero es un tío prometedor (casado con una oriental que hizo de actriz porno en "A dos metros bajo tierra") y que hace pelis con comedia, drama, y que parece que siempre quiere decir más de lo que parece. El segundo es uno de los actores preferidos de todo el mundo; no de los míos, el tío Jack sobreactúa que da gusto y casi siempre hace el mismo papel.



"About Schmidt" (me encanta el título original) es la historia de un vendedor de seguros bastante gris, que se jubila y encuentra que ya no tiene nada que hacer en la vida. Todo lo que ha sacado de beneficio después de tantos años es la habilidad para calcular cuánto tardará en morir alguien en base a unos pocos datos. Pero no se había dado cuenta, pensaba que estaba completo. Y entonces,de forma cojonera, se le obliga a plantearse toda su vida. Toda la peli gira en torno al personaje, y es en las pocas escenas donde Schmidt no es el protagonista cuando la cosa pierde interés. Conocemos mucho sobre él gracias a unos monólogos en clave de carta escrita a un niño africano apadrinado; ahí, Schmidt se despacha sobre todo lo que no puede decir en la vida cotidiana, ya que ni se atreve ni tiene a nadie que le escuche. Un anciano como tantos otros; yo convivo muchísimo con mi abuelo y lo he reconocido en muchas de las cosas de Schmidt. A pesar de la frustración que le come por dentro, no se rebela y sigue aceptando, por inercia, todo como le viene.



Aunque las intenciones de Payne sean las de una reflexión amplia sobre la vejez, la película es muy sencilla y directa, del tipo de realismo que me gusta: el que no se regodea en detalles sórdidos, sino el de, simplemente, "la vida va pasando", con momentos de humor, momentos tristes, de indecisión. Este realismo también es el que hace que la peli quede un poco coja, porque en el fondo no nos ofrece mucho que no podamos coger en un día normal. Pero, aislando el tema del resto de preocupaciones que podamos tener en la vida real, consigue hacernos pensar sobre ello. De forma sencilla, filosofía práctica y de baratillo, que al fin y al cabo es la que casi todos usamos. Jack Nicholson ayuda muchísimo porque, aunque sobreactúa como siempre, aquí encaja bien porque Schmidt es un hombre, en el fondo, de vuelta de todo; muchos vejetes son así, actúan ya como si no tuvieran ya nada que perder. El personaje es el centro de todo, y entre el guión y Jack le dan muchísimos matices, y consiguen convertirlo en un personaje "real", cabrito y rancio a veces, generoso y valiente otras. Acompañamos y comprendemos y recriminamos a Schmidt como si fuera nuestro abuelo o nuestro padre. Los secundarios, aunque más discretos, también están muy bien diseñados, y no son unidimensionales. Pero siempre son una excusa para llevar al protagonista a hacer algo. Y la dirección de Payne es perfectamente funcional y efectiva, sacándonos lagrimitas cuando hace falta (la preciosa, aunque un poco sensiblera, escena final) o risas en otras (la extravagante familia de su consuegra, el novio mullet y metrosexual-de-corazón de su hija). Es como un pedazo de los momentos más decisivos de la vida de alguien, y por eso el interés de la peli es irregular, es algo demasiado cotidiano; pero es interesante comprobar que en el artificial mundo del mainstream aún queda espacio para un poco de verdad.

miércoles, 27 de julio de 2005

LA LAVADORA ASESINA

Vortice Mortale (1993)
Dir.: Ruggero Deodato
Italia/Hungría




Uno se enfrenta a una peli así ganando prejuicios por etapas. Primero, el título:"La Lavadora Asesina". Segundo, el director: Ruggero Deodato (el de"Holocausto Caníbal" o la reivindicable "Los Bárbaros"). Y tercero, la consecuencia directa de la anterior, la nacionalidad: Italia. Así, antes de darle al play casi puede imaginarse toda la película. Esperamos algo como lo siguiente: nada más empezar, vemos a una pilingui vulgar, de grandes pechos y vestido rojo, enseñando cacha y montándoselo con un cabrón encima de una lavadora; la lavadora se abre y devora al tipo, la muchacha grita y huye despavorida, tropezando con el cable de la lavadora y abriéndose la crisma, la cámara se sitúa a la altura del suelo enfocando la cara de la chica, y se va alejando y oscureciendo, mientras empieza a sonar una característica línea de sintetizador. Después, el desarrollo sería: un detective/periodista madurito pero de buen ver, va descubriendo extrañas conexiones con gente extravagante tras cada nuevo misterioso asesinato; se va obsesionando cada vez más, hasta llegar a poner en peligro su propia vida y la de sus seres queridos. Al final, todo parece encajar de forma absurda, hay una explosión de sangre, y se acaba. Pero como es una peli italiana, no te levantas, porque sabes que siempre hay dos o tres giros finales, cada uno menos lógico que el anterior.

Desgraciadamente, o no, "La Lavadora Asesina" no es exactamente así. Hay pilingui y hay investigación, pero lo segundo es secundario. El título es un burdo truco de los distribuidores españoles para atraer a los buscadores de basura; es basura pero dirigida a otro tipo de consumidor, que hasta en esto hay clases. Y es que aquí todo es una excusa para hacer un softcore eurosleazy de los que pensaba que estaban extinguidos desde hace más de 25 años. Es como una película porno (género que por cierto no me interesa) sin enseñar nada explícito, pero con la misma estructura de ir desarrollando una historia de fondo para crear excusas para que los personajes forniquen en cuanto se les presente la oportunidad. Y eso es lo que pasa: tres pervertidas hermanas, húngaro-italianas y de muy buen ver, sólo piensan en el sexo y en hundir (¿o ayudar? uuu cuál será la verdaaad) a un pobre policía comportándose como cachos de carne en su presencia.



Como en casi todo el cine de género italiano (no es terror en este caso, más bien un thriller ultraerótico, no es un giallo tampoco) la fotografía es la parte más cuidada, con unos espectaculares colores, azules oscuros y grisáceos que crean una perfecta atmósfera. La música es también muy disfrutable, compuesta aquí por un ex-Goblin, como si le hubiera dado un viaje de algo en los primeros 80 y se hubiera quedado haciendo la misma canción hasta el fin de los tiempos. Purasexploitaition setentera hecha en los años 90 que, si es lo que se está buscando (yo quería otra cosa, pero no me quejaré), cumple de sobra: la dirección tiene ritmo y algo de estilo barato (Deodato, a pesar de todo, es un profesional), y la absurda acción es llevadera por continuos (y gilipollescos) giros argumentales; hay un par de momentos gore, incluido uno de canibalismo; está más o menos cuidada a nivel estético; y, lo más importante en estos casos,las protagonistas son guapas y unos pendones terriblemente sexys.Pero no hay ninguna lavadora que se coma a la gente, y eso es difícil perdonarlo.

martes, 26 de julio de 2005

Un mes trocando

Hoy toca un poco de autobombo, porque llevo ya un mes con el blog. Esto es todo un abismo de tiempo, lo empecé por aburrimiento un día de resaca de las Hogueras (las fiestas de Alicante, mi hábitat, pero no por mucho tiempo). No pensaba que fuera a pasar de uno o dos posts, y la cosa me ha ido funcionando y llevo una velocidad de crucero de post casi diario. Tengo que ir empezando a pensar alguna subsección de esas de actualizar con el piloto automático puesto, para los días sin ganas de soltar parrafadas. En todo caso, soy un pesao y es difícil que no me apetezca soltar el rollo.



Ya veis que es un blog casi monotemático sobre cine. Aunque suponía que el cine iba a ser lo principal, creía que iba a dejar espacio para hablar de otras cosas (música, literatura...). Pero lo cierto es que el cine es la única de mis aficiones de la que no he encontrado un foro/lista de correo/news (hay mucho pedantón) que se trate de manera que coincida con mi forma de verlo, y aquí me explayo sobre lo que quiero y como quiero. Me quedo muy a gusto y es de lo más terapéutico. Ya habeis visto que me gusta todo tipo de cine, aunque de momento ha habido presencia abrumadora del fantástico, que es lo que consumo de serie. La foto del "Acerca de" (que a ver si se me ocurre algún texto mejor que poner ahí, porque ése es regulero) es de "Fitzcarraldo", una de mis pelis-fetiche (casi todo lo de Herzog lo es, en realidad; es tan excesivo...). Klaus Kinski poniendo ópera a todo trapo navegando por aguas perdidas del Amazonas. No tengo ni papa de html ni polleces de esas, y al intentar meter la imagen se me descolocó todo el invento varios días... Los señores debitácoras.com me hicieron un apaño sin demasiada demora.

Estoy contento porque ya he empezado a hacer buenas migas con algunos otros blogs (VideoArenA, El Bunker, El Cronicón Cinéfilo,Sueños de Celuloide, Cátodos y Papel, o Harmony House); lo que atisbo de la dichosa blogosfera es que es un submundo de lo más curioso, con mucha gente que sólo busca un sitio a su medida donde dar su opinión y, si hay suerte, que le interese a alguien. Las visitas a Trueque Mental (tenía el libro de Sheckley a mano, y buscando un título por mi habitación éste me pareció razonable) van creciendo muy lentamente, pero a ritmo constante; tengo entre 20/35 al día, más o menos. Lo que supongo que significa un número real de lectores regulares de entre 10 y 15. No es que sea importante este tema, pero ver que lo que escribes le aporta algo a alguien es un gustazo, y anima a seguir haciéndolo. Poco a poco, voy cogiendo el estilo que quiero, menos formal y más personal, con humor, pero intentando dar argumentos cuando comento una peli.Ahora es cuando tengo que preguntar si creéis que tendría que cambiar algo; quizá hago demasiadas críticas de pelis seguidas, y si no se conoce la peli de la que se habla quizá no tiene mucho interés. Intento no escribir más de 3 o 4 seguidas, en todo caso. Los tops son muy divertidos de hacer y de comentar, y una tentación, pero no quiero abusar. Admito y pido sugerencias, comentarios, críticas, lo que sea. Aunque al final voy a hacer lo que me dé la gana... ;D

lunes, 25 de julio de 2005

Top Armas de Cine (y II)

Aquí vienen mis 5 armas favoritas de la historia del cine. ¿Desea saber más? Vea la primera parte de este post aquí. Grandes clásicos de la destrucción de ayer y siempre:

5. La cerbatana de "Fudoh". Una de las primeras pelis con las que Takashi Miike empezó a poner el mundo vuelto para atrás fue ésta, una peli de niños yakuza extrema, excesiva y que rompía tantos tabúes como las que ha venido haciendo hasta hoy. Bandas de criajos en plan salvaje, hermafroditas y, sobre todo, la cerbatana que usan las menores que bailan striptease, que disparan con precisión con la fuerza de su vagina.



4. La Santa Granada de "Los caballeros de la mesa cuadrada". Cuando los caballeros del Rey Arturo ven impedida su misión por un conejo asesino, la única salida es recurrir a la gracia de Dios. Los monjes traen la Holy Hand Grenade, leen unos versículos ("hermano, sáltese la paja") y la violenta explosión de pólvora divina acaba con el conejo. Todo un icono nerd, llegó incluso a ser usada en el videojuego Worms 2, donde tenía una capacidad de exterminio desmedida, al grito de "Aleluya".



3. Los sables de luz de "Star Wars". No podían faltar. ¿Quién no ha hecho peleas de espadas láser con sus amigos, sea con palos, con réplicas de un todo a cien chino, o con la imaginación? Un arma elegante y limpia, que permite a su usuario matar con filosofía y con alegría porque, al cerrar al momento la herida, no ve la sangre y el dolor. Como si no estuviera asesinando a nadie, un Jedi es un tío con principios. Además, el efecto de los sables de luz son la causa principal de retoques con el Photoshop. ¡Destellitos en sus fotos caseras!



2. La sierra mecánica. Desde "La matanza de Texas", la sierra mecánica es el arma por excelencia de cualquier asesino desquiciado que se precie. Allí era grasiento instrumento de trabajo de Cara de Cuero, que la usaba de forma no tan explícita como recordamos para liquidar a un parapléjico cargante. La secuela ya sabía del amor del público por la sierra, y allí era venerada como una Diosa, con su altar y todo, por la entrañable familia. Mientras, la saga "Evil Dead" la llevaba a su momento de máximo esplendor: cuando Ash (el prota) se ve infectado por una mordedura, se corta la mano para que no se extienda el veneno, sustituyéndola por nuestra amiga cortadora. Aunque ha sido sobreutilizada, sigue siendo el arma más carismática y cafre.



1. Los mazacotes de "Aliens". Ni "Matrix" ni pollas. Las poses más molonas de todos los tiempos son las de Vasquez y compañía con sus superametralladoras de marine colonial. Unos mostrencos de alta tecnología, de contundencia y velocidad de disparo increíble. Muy eficaces y muy espectaculares, macho-weapon; pero si están en el número uno es porque convierten a cualquier capullo que las coja en el tío más guay del mundo. Y porque sólo verlas recuerdan a la camiseta de tirantes de Vasquez.



¿Cuáles son vuestras favoritas? Algunas de las que me he dejado: los mazos de "Calles de fuego", la guitarra-espada que corta una nave espacial en "Wild zero", o las tristemente reales de "Bowling for Columbine", además de todas las que comenté en la introducción a este top. Kill, kill, kill!

domingo, 24 de julio de 2005

Top Armas de Cine (I)

En el mundo real, la violencia está fatal. Las guerras, los asesinatos, la violencia y la intimidación, casi siempre tienen un protagonista por encima de la fuerza bruta: las armas. Las hay eficaces y limpias de alta tecnología, dolorosas y sucias (el taladro de "Driller killer"), improvisadas pero útiles para salir de un apuro (en las pelis de acción de Hong Kong, los actores se ven obligados siempre a usar los objetos más inverosímiles), espectaculares armatostes para parecer el tipo más peligroso ("Starship troopers") o el más guay (las katanas de "Kill Bill"), divertidas locuras (los lanzadores de palomitas en "Killer Klowns", o la Holy Grenade de los Monty Python), vale hasta el uso de otros seres vivos para que hagan el trabajo sucio por ti (los mortales inventos genéticos de "Piraña"). Si bien la mayoría sirven para matar, en un mundo civilizado sólo serían usadas como medida extrema, y sólo para aturdir (losphasers on stun de Star Trek).

En cualquier caso, estos instrumentos de destrucción pueden ser de lo más impresionantes y estéticos en el cine, y muchos directores lo saben y les dan protagonismo, incluso carisma y, casi, personalidad propia. Un buen trabuco (con perdón) me puede llegar a poner mucho, pero hay una infinita variedad de objetos de fantasía para segar vidas y derivados. Mis armas favoritas del cine:

10. El trípode de "El fotógrafo del pánico". Un psicópata que fotografía a sus incautas víctimas, acercando progresivamente su cámara para, en un arranque de elegancia y creatividad, levante una pata del trípode que acaba en una letal cuchilla. El paroxismo llega cuando decide hacerse un autorretrato...



9. La voz de "Dune". Aunque en la peli su poder queda algo confuso, el mayor hallazgo del libro es el uso de la voz como fuente de poder; no sólo para dar órdenes que no pueden evitar ser obedecidad sino, en el máximo punto de maestría, acabar con la vida de alguien con una sola palabra. David Lynch lo hizo mucho más gráfico, pues Kyle MacLachlan utilizaba una especie de rayo laser canalizador de esa voz.

8. La espada de "Excalibur". El mandoble de leyenda, que en la peli de John Boorman nos da algunos de los momentos más memorables del cine: la mano que surge del lago con la espada que refleja las escamas verdes del dragón, la ira de Arturo que "rompe aquello que no se podía romper" luchando contra Lancelot, o cómo planta la espada en medio de los dos amantes que le han traicionado mientras duermen en medio del bosque. By Excalibur I swear it!



7. La bomba de "¿Teléfono rojo? ¡Volamos hacia Moscú!". En plena guerra fría, los rusos han logrado construir El Arma Definitiva: una bomba que se disparará automática e irremediablemente si la Unión Soviética es atacada, y destruirá toda la vida sobre la Tierra. La mejor reflexión sobre la carrera armamentística, divertida y aterradora porque, en el fondo, lo que vemos es casi plausible.

6. La bio-pistola de "eXistenZ". Metido de lleno en un grupo terrorista, Jude Law es enseñado a crear un arma que no encontrarán los detectores. Lo hace a partir de caparazones de marisco, resultando un ingenio que dispara espinas y apesta más allá de la pantalla. Una muestra más de que la cabeza deCronenberg tiene que ser un sitio muy raro: mención especial a la pistola "carne de su carne" que James Woods se saca del vientre en "Videodrome" (seña de identidad de Digestivo Rennie, de VideoArenA).



Mañana, las 5 primeras del top.

sábado, 23 de julio de 2005

EL CORAZÓN DEL GUERRERO

El Corazón Del Guerrero (1999)
Dir.: Daniel Monzón
España




Aunque ahora estoy prácticamente retirado, desde los 8 años más o menos he sido rolero; esto hace que no pueda ser muy objetivo, porque ya de base me siento encariñado con el material. Si esta peli me hubiera pillado con 14 años, probablemente se hubiera convertido en mi favorita, aunque yo era más de Cthulhu que de espada y brujería. "El corazón del guerrero" es una conscientemente inocente declaración de amor por la fantasía, con una entretenida trama de dimensiones paralelas: un rolero adolescente se ve poseído por un guerrero de un mundo como el de sus partidas, que ha caído bajo una maldición. Ambas acciones se van alternando, casi siempre con interés y con inteligencia, mientras el guerrero va causando el caos con su anacronismo. La dirección de Daniel Monzón es puramente americana, lo que tiene que entenderse como un elogio. La única pega es un final muy mal resuelto y atropellado, que de todas formas puede interpretarse como "final abierto".

El mayor mérito de la peli es su ingenuidad, de la que uno debe de hacerse cómplice o no disfrutará. En esta delicia pajera, hay espacio para la crítica política de comic (muy aguda y divertida, en todo caso; genial la imagen del Parlamento con los diputados convertidos en una secta dominada por un rey brujo) además de una pequeña dosis de sexo (el desnudo de Neus Asensi, en la foto, es un claro homenaje a Luis Royo) que no puede faltar en una peli española. El rol, normalmente machacado sin piedad por los medios, está presentado con cariño, y los que estamos curtidos en el asunto podemos reconocer muchas cosas en la partida que se juega en un momento de la peli: el master flipao y cabrón, el excesivo protagonismo de un jugador que hace que los demás pierdan interés, el jugar en sitios raros, las conversaciones sobre las partidas en el transporte público que hacen que los pasajeros te miren mal... El momento más intenso de la peli es en una tirada de dados crucial para el prota, resuelta de forma genial mezclándola con la acción paralela del mundo de fantasía; para los profanos puede parecer ridículo enfatizar tanto una tontería así, pero los jugadores sabemos la expectación que puede causar una tirada.



Por otro lado, quizá los enemigos del rol puedan malinterpretar el "mensaje" de la peli. ¿Un chaval que juega y se lo cree y pierde la chaveta y pone en peligro a mucha gente? Pero en realidad es todo lo contrario: una apología de la necesidad de poner un poco de fantasía en la vida cotidiana para hacerla más divertida (o huir, no nos engañemos). Si alguien confunde la realidad y la ficción, precisamente son los críticos del rol y de una peli como ésta, del todo inocua, porque la ven como una amenaza real. Hablé un poco del cine que pondría a mis hipotéticos hijos/sobrinos/primos/niños secuestrados comentando "Veneno para las hadas"; "El corazón del guerrero" es un ejemplo perfecto de diversión, fantasía, inocencia, y todo en un entorno reconocible. Una peli que un chico de 10 o 12 años recordaría con gusto cuando se hiciera mayor.

jueves, 21 de julio de 2005

LA CASA DE CERA

House Of Wax (2005)
Dir.: Jaume Collet-Serra

Sí, otra vez he vuelto a picar en una engañifa que sabía de antemano que iba a serlo. Qué se le va a hacer, será el verano que derrite la fuerza de voluntad y debilita la resistance. Y qué coño, que estas chorradas siempre gustan. "La casa de cera", sin haber visto ninguna de las anteriores versiones (y va siendo hora de hacerlo, porque Vincent Price es Dios y dicen que ahí hace un papel de los grandes), es un churro barato. Tiene un claro espíritu ochentero, y por eso se puede ser benévolo con ella; al igual que las que tanto nos gustan de aquella década, es tonta y aburrida. Pero hay dos grandes diferencias que convierten a "La casa de cera" en algo peor: primero, que no tiene todavía el sabor kitsch de la época; y segundo, que dura casi 2 horas, cuando una de las grandes ventajas del subcine de la década de la laca era que rara vez llegaban a la hora y media. Aquí llega un momento en que uno se revuelve en el asiento no por estar pasando miedo o un mal rato por las imágenes, sino porque le sobra media hora y quiere que se acabe ya.



(algunos SPOILERS a partir de aquí)

Sinceramente, no termino de entender las relativamente buenas críticas que ha recibido la peli en algunos sitios. Claro que se pasa un rato divertido, pero a su costa. Se habla también de que es una salvajada gore; en realidad, sólo hay un par de momentos especialmente gráficos, más salvajes de lo normal, que son bien recibidos (la amputación del dedo, el despellejamiento de cara, los labios repegaos... y ya). Hay unas cuantas referencias disfrutables, aunque obvias (el pirado de la furgoneta es muy "Matanza de Texas", la forma de romper la puerta está sacada de "El resplandor"...). Y un chiste cojonudo a costa de Paris Hilton, a cuyo personaje graban en vídeo sus amigos disfrutando carnalmente de su novio; la mejor referencia cinéfaga, al pornete amateur que circula con ella de prota. Esto dice algo a favor de la Paris, y es que parece que tiene sentido del humor y capacidad de autocrítica. Y tampoco es tan mala actriz, al menos no peor que los demás. La banda sonora, como siempre, está metida con calzador para vender cedés. Los FX de maquillaje son buenos, y cuando se derrite la casa al final tiene cierto encanto mucoso (aunque la arquitecta en ciernes que tenía al lado me dijo que era imposible que se sostuviera, no es plan de ponerse quisquillosos). Se ha comentado bastante la labor del director; y el tío es completamente impersonal e ineficaz, así que la única razón que lo explica es que es de la terreta y hay que darnos promoción y enseñarle a los yanquis que no sólo tenemos a Almodóvar.

Los actores son los de siempre. Es curioso ver que se han juntado dos ex-amantes de Rory Gilmore ("Las chicas Gilmore"), Dean y Tristan, demostrando que son unos actores patateros. A Dean todo el mundo le tiene ganas porque en la serie es un patán maltratador en potencia, que se lleva a la chica más adorable en el mundo; por eso es un gustazo verlo embalsamado en vida, y sufriendo como la perra que es. En cuanto a las chicas, sólo queda felicitarnos por el lugar común del cine de terror adolescente contemporáneo: la chica con sucia camiseta de tirantes y prominentes pechos. La mejor esJessica Biel en el remake de "La matanza de Texas", y también hay que guardar un buen recuerdo de Sarah Michelle Gellar y Jennifer Love Hewitt en "Sé lo que hicisteis el último verano". Pero la muchacha de "La casa de cera" (Elisha Cuthbert o algo así, se llama) entra en este hall of fame kinky por derecho propio, porque sabe correr, sabe excitar a los rednecks y sabe gritar. No hace falta más. Ya no tenemos los desnudos que superpoblaban el cine adolescente de los 80, pero creo que con los tank tops hemos salido ganando: mucho mejor el ir marcando sugerentemente por mucho dinero, que enseñar unas tetas horribles a cambio de un chute.


PD: Dejo de dar estrellitas a las pelis, que me siento un poco encorsetado haciéndolo.

miércoles, 20 de julio de 2005

Shinya Tsukamoto

O cómo me enamoré de un japo por culpa de un taladro y de un falo-látigo con un enchufe en la punta



Shinya Tsukamoto, pese a ser el primero de la avalancha de japoneses que se nos vendría encima con los años, es un director bastante desconocido, virtualmente ignorado más allá de "Tetsuo". Quedé marcado para siempre en mis primeros años de adolescencia viendo aquel increíble engendro, y todo lo que pude encontrar sobre Tsukamoto fue una breve filmografía, que incluía "Hiruko the Goblin" además de los Tetsuos. Pensaba que nunca llegaría a verla. Entonces, llegó al mundo la mula, y millones de puertas se abrieron; una de las primeras que atravesé, porque llevaba mucho tiempo esperándolo, fue la de Tsukamoto.

La narrativa de Tsukamoto es una puta mierda, no sabe contar una historia. Pero es lo de menos. Normalmente, sus películas no se entienden un carajo más allá de la mitad del metraje, y el argumento suele ser una excusa para darnos un paseo por las imágenes de su mente enfermiza (la más podrida del cine contemporáneo junto a la de Cronenberg). Sus temas favoritos son las mutaciones extremas, el ahogo que produce la ciudad moderna, el sexo tan depravado que casi ni parece sexo y, en definitiva, la supremacía de lo físico sobre todo lo demás. Chu Ishikawa potencia con su ruido la atmósfera mecánica corrompida de sus pelis. Casi todas están rodadas en un blanco y negro radical, o en un color saturado, lo que aumenta aún más la fuerza extrema de sus imágenes, sus idas de olla a lo Nueva Carne, sus planos chirriantes de insectos, y sus montajes imposibles de comprender ni soportar. Amiguete de Miike, quizá lo recuerden como el ultramusculado dueño de Ichi en "Ichi the killer", o el tipo que resumía la primera parte de "Dead or alive" con cerillas en el prólogo de la segunda.



Sus pelis, excepto las dos de Tetsuo y "Bullet ballet", están inéditas en España, y son básicamente carne de festival y de fans histéricas que no se atreven con el opio y lo toman como sustitutivo. Aparte de un par de (creo) inencontrables cortos, y una última peli que aún no he visto, sus atrocidades vienen a ser éstas:

- Tetsuo (1988). La comenté hace unos pocos días, aquí.
- Hiruko the Goblin (1990). Sobre el papel, su película más convencional (sobre todo en la fotografía), quizá un intento de hacer cine comercial. Pero este tipo no lleva el dinero en las venas, y le sale un cacharro demencial que alterna adormecedoras secuencias de investigación y misterio con hiperagresivas y chillonas escenas de acción y horror. Sacar arañas con cabezas humanas en una peli de fantasmas no está nada mal, y la peli se va volviendo cada vez más surrealista pero, por una vez, su historia se puede seguir.
- Tetsuo II (1992). Una especie de remake/secuela, en color y con dinero. Un grupo de skinheads rapta al hijo del prota, quien ejerce su derecho a la venganza de formas muy gráficas y metálicas. Aunque es otra ida de olla, seguramente sea su peli más floja, puede que las imágenes no sean tan impactantes como debieran.



- Tokyo Fist (1995). Un prólogo de, literalmente, puñetazos en la cara del espectador que tiene el mismo efecto que un mal viaje de pastillas del amor, deja paso a la que quizá es su mejor y más completa película. La historia es un triángulo amoroso entre un boxeador desquiciado, un oficinista (Tsukamoto tiene tirria a los chupatintas) y una muchacha progresivamente adicta a perforar su cuerpo. Avanza y la historia ni se entiende ni interesa, pero uno no puede evitar sentirse arrastrado por el amasijo de carne y sudor que está experimentando.
- Bullet Ballet (1998). La primera mitad es apasionante, con un tipo corriente perturbado porque su novia acaba de pegarse un tiro, y busca desesperadamente una pistola para vengarse no se sabe cómo ni con quién. A mitad de la peli creo que la encuentra, de nuevo ya no se entiende un carajo pero da igual porque estamos subyugados por la marea de sensaciones. El climax final es un encuentro amoroso, a distancia y a la carrera, en plan gran follada, que es el momento más romántico de toda la filmografía del Shinya.
- Gemini (1999). Y después va y hace una peli de terror típicamente japonés, sosegado e inquietante, dejando la cámara quieta y contándonos una historia con calma. Una especie de cuento de Poe a lo steampunk, más elegante y pictórico de lo que podríamos haber imaginado nunca en Tsukamoto, y con unas imágenes llenas de colorido y mal rollo (esos suburbios donde los pobres que se han convertido casi en animales de tribus primitivas, pero en plan futurista).
- A Snake Of June (2002). Su peli más abiertamente erótica, y de nuevo incomprensible, con el blanco y negro más espectacular e intenso que ha hecho. Una tipa se ve acosada, o algo así, y a veces corre y baila bajo la lluvia. Tiene la mejor escena de DePalma que DePalma nunca se atrevería a rodar: su acosador la obliga a meterse un megaconsolador hasta el fondo, y a ir a hacer unos recados con eso dentro, dándole a un botoncito que lo pone en funcionamiento en los momentos menos adecuados. Pues a mí me pone.



Un tarado que no hace películas, sino pesadillas que joden más cuanto más grande es la ciudad en la que vivimos.

martes, 19 de julio de 2005

SINIESTRO

Sanctimony (2000)
Dir.: Uwe Boll
USA/Alemania




(hay SPOILERS, pero en teoría esa es la gracia)

Qué ganas tenía de pasar una tarde absurda alquilando alguna peli de las directas a vídeo. Dando un garbeo, estuve a punto de coger una de un ex-luchador del Pressing Catch en plan policía intergaláctico, otra de arañas gigantes, o una de dragones de CGI barato. Hasta que vi "Siniestro", cuya portada lo decía todo: Casper Van Dien, Michael Paré, Eric Roberts. ¡Todo un all-star de la caspa videográfica! En el camino hacia la caja, por casualidad vi el nombre del autor del engendro... ¡Uwe Boll! ¡Dirige y, sobre todo, escribe, esta basura! Iba a ser mi desvirgamiento con el popular y querido autor, y con ese elenco de protagonistas la cosa prometía ser el hit del verano.



Y lo es. Joder que si lo es. La cosa va de un psicópata al que parece que llaman"Monkey killer", porque mató a 6 personas y les sacó los ojos ("para no ver el mal"), a otras 6 las orejas ("para no oír el mal") y a otras 3 los ojos (ya imaginais para qué). Pero, ¿y si faltan 3? ¡666! ¡El anticristo! Es la conclusión a la que llegan los aplicados polis Michael Paré y Jennifer Rubin (otra que tal). El chalado homicida en cuestión es Casper Van Dien, haciendo de Bateman en "American psycho", pero dando mucho más miedo porque da la impresión de que el perturbado es el actor y no el personaje. Casper es un broker triunfador que, aburrido, decide ponerse a matar gente. Entre un asesinato y otro, tortura a sus seres cercanos parloteando cual gurú sobre el sentido de la vida y el secreto del éxito, para hundirles al final del rollo. Mientras, a nosotros nos deja con un par de cuerdas vocales menos de tanto reír.

Por ahí aparece una laaaarga secuencia del rodaje de una "película con asesinatos reales", cuyo director es una especie de líder sectario con, de nuevo, un montón de cosas que decir sobre el ser humano cada vez que abre la boca. Que es mucho. Mata a una playmate de tercera, Casper lo ve con un antifaz, y al rato llega el poli Paré. Va a detener al de la peli (uno piensa que va a ajusticiar al verdadero director por terminar de hundir su carrera), y tras unos segundos de duda, lo deja correr porque sí. Por supuesto, este rollo snuff no tiene nada que ver con el resto de la peli. Todo son geniales ocurrencias del señor Bollo, que hasta se permite darse alguna palmadita a sí mismo felicitándonse por un diálogo especialmente ingenioso.

Casper sigue en su espiral de degeneración mientras el poli Paré le persigue en su espectacular VW Escarabajo, y en los últimos 20 minutos monta un gran pitote, que incluye:
- Asesinatos televisivos en directo.
- Una trampa a lo "Solo en casa" para ahorcar a la mujer del policía. Que no funciona.
- Una masacre en el banquete de su boda cancelada.
- El colapso económico de la civilización occidental. Tal cual.



Cada momento de la peli es una joya que hay que verla para creerla, pero voy a intentar destacar algunos:
- Después de liquidar a todos los invitados a su boda, Casper oye las sirenas de la policía. ¡Le han pillao! Salimos de la casa con él, y esperamos ver un regimiento de maderos. Pero sólo viene el Escarabajo de Paré, a lo Benny Hill, a repartir justicia.
- El rodaje de los asesinatos (no olvidemos que la peli empieza como un rip-offde "Seven"), que parecen cortinillas de una cadena de televisión.
- Los actores están todos en estado de gracia, luchando por interpretar al mejor palo de madera y en una competición de intentar que no se note que están leyendo sus diálogos. El doblaje está a la altura, claro (¿ha dicho "efesstivamente"?).
- El estilo con el que Casper deja a su novia. "¿Sabes? La imagen lo es todo". Entonces le da OTRO discursito sobre el tema, para acabar, después de haberla humillado y destrozado su corazón, con un "Pásame la mantequilla".
- Una escena pseudoporno en la que Casper viola a su novia.
- La masacre en mitad de un discurso filonazi en un programa de la tele, que empieza rebanándole el pescuezo al presentador.

Ya ven, Casper y Uwe son los que roban el show aquí. Uno llega a pensar que el señor Bollo es un proselitista de una secta que intenta captarnos metiendo su filosofía en cada diálogo; pero no, sencillamente es que es un tío profundo y con inquietudes. Yo pienso seguir su carrera a partir de ahora.

(Espero que los que la vieron ayer conmigo comenten sus momentos favoritos, que no puedo recordarlos todos)