martes, 17 de enero de 2006

EL CASTILLO DE LAS VAMPIRAS (FASCINATION)

Fascination (1979)

Dir.: Jean Rollin
Francia




¡Mi primer Rollin! He pasado muchos años babeando por encontrar una peli suya (¡cualquiera!), desde aquel "2000 Maníacos" especial (el primero que leí) dedicado a él y a su musa, Brigitte Lahaie. Y no me ha decepcionado, este tipo tiene estilo y fe en lo que hace. Para quien no lo conozca, se puede resumir como "autor francés haciendo pelis de vampiras lesbianas". También como una mezcla muy personal de clásicos de la Hammer con italianadas más vulgares.



Desde el primer momento, queda claro que lo que le interesa a Rollin es la estética. Todo el conjunto está unido por una fina línea argumental, que maneja a su gusto. Un apuesto bandido llega, en su huida, a un castillo al que los lugareños no se atreven a entrar; allí, se topa con dos lascivas y lozanas muchachas. El chico no es muy listo y, a pesar de las indirectas, no se empapa de que lo que quieren es sorberle un poco todo. Desde intentos de mordiscos en el cuello, hasta poco sutiles "nadie sobrevive a nuestras reuniones", el tío sigue a la suya sin darse cuenta de nada; y además sin convertirse en un sátiro, apenas aprovechándose de la disposición sexual de sus anfitrionas. Creo que lo mejor es ver "Fascination" (considerada por muchos su mejor película) como una sucesión de escenas tirando a inconexas, para el puro deleite visual. Escenarios góticos muy cuidados, a pesar de estar hechos con tres francos. Composiciones casi pictóricas. Y actrices bellísimas, sensuales y morbosas, con instintos asesinos, empuñando armas blancas, cubiertas de sangre, putas de Satán. En todo se recrea, con planos largos, un montaje elegante. Parece que en algunos momentos Rollin quiere darle a la historia cierto empaque alegórico; como buen cineasta gabacho, se toma muy en serio a sí mismo. Si bien estas pretensiones no aportan mucho, sí que ayudan a dar una sensación de dignidad general. Pero lo que de verdad se le da bien es crear imágenes fascinantes. Por ejemplo:
- Al comienzo, un extraño grupo se une al alba para beber sangre de buey en un matadero (¿qué fijación tenían en los 70 con los mataderos?)
- Las dos inocentes/indecentes guarritas acosando al pardillo con unas dagas.
- El grupo de Bathorys aficionadas, envueltas en sedosos trapitos transparentes, con ganas incontrolables de juerga lésbica y borrachera de sangre.
- Brigitte Lahaie convertida, literalmente, en La Muerte. Un ángel vengador, que viste una túnica negra (y sólo una túnica negra...), dando buena cuenta de los rednecks franceses con su guadaña. Sólo por el estilo con que la empuña, esta imagen tendría que ser un icono del cine de terror.



Rollin tiene un gran sentido de la sensualidad; a menudo enseña, pero no abusa, y siempre entre sugerencias. Lo mismo con la sangre: vemos el rojo cubriendo la piel, pero no las heridas. Las escenas de sexo puro son lo más vulgarote de la peli, especialmente una lésbica en plan softcore europeo setentero, que en todo caso es bonita de ver; y una escena de polvete tirando a estándar (de no ser por Brigitte), metida con calzador (la escena). Brigitte Lahaie es una Diosa, con la mayúscula reservada a las que lo son de verdad. Había visto muchísimas fotos suyas, pero de ahí a vivirla en acción hay un mundo. Como actriz dramática no es demasiado competente, pero se nota su procedencia del mundo del porno en una permanente expresión de vicio y un afán por abrir la boca y por tener las manos ocupadas (se pasa la peli acariciando como una perra todo lo que se le pone a tiro, incluso se pone a masturbar un candelabro, no se puede estar quieta la chica). Creo que fuera de España hay muchísimo culto a Jean Rollin; ya va siendo hora de implantarlo aquí también.

jueves, 12 de enero de 2006

COMBAT SHOCK

Combat Shock (1986)
Dir.: Buddy Giovanazzo
USA


Imaginad la primera secuencia de "Apocalypse Now", ésa en la que Martin Sheen se revuelve en su cama entre sudores y los recuerdos de Vietnam al ritmo del "The end" de los Doors. Mal rollo, ¿eh? Y, ahora, imaginad que los de la Troma cogen a Abel Ferrara y le dicen que se aprenda esa escena y la estire hasta llenar una película. Pues eso viene a ser "Combat Shock". La historia de un día en la infravida de un ex-combatiente del Vietnam. Y esa infravida es, efectivamente, una puta mierda.



El hombre está permanentemente agobiado por los recuerdos de una masacre que cometió en la guerra. Ahora, malvive en un suburbio industrial de Nueva York, con una esposa y un horrible bebé mutante, producto del Agente Naranja, que no puede parar de proferir llantos y gritos infernales. Es difícil llamar casa a su hogar: es un agujero repleto de inmundicia, no hay dinero para comer, y en la calle las cosas no están mejor. El barrio vive en una espiral de violencia y decadencia, con compañeros del frente dados a la droga, al robo, la extorsión, la violencia. Vamos paseando con el prota, que trata de encontrar un trabajo, y eso es lo que vemos: agresiones, atracos, putas de 10 años, explícitas inyecciones de jaco. Y afecta mucho, a mal, porque el personaje principal, aun en este mundo de miseria, es un buen hombre que se gana nuestra simpatía.

Es una película ultrasucia, decadente, deprimida y deprimente, sin un asomo de esperanza, que se regodea en la basura. Sorprendentemente bien dirigida por Buddy Giovanazzo (también guionista, productor y montador), es un descenso a los infiernos en toda regla. La Troma coproduce y distribuye, pero su mano no se deja notar; no hay rastro de humor, "Combat Shock" es de una seriedad que asusta. El guión es una acumulación de bajezas; el ritmo es lento y torturante, insoportable por momentos, sin un instante de respiro; la violencia es gore explícito, con un salvaje estallido final que puede dejar tocado; la música de sintetizador recuerda a DAF (si habeis escuchado su disco "Alles ist gut", bien, las sensaciones opresivas que produce la peli son las mismas), con un constante murmullo de ruido de fondo. No es un plato agradable, y quizá menos inteligente de lo que debiera, pero es modélica en su planteamiento de pesadilla suburbana y en su efecto devastador, si se consigue terminar de ver.



Ahora necesito alguna peli bonita de verdad, que llevo una racha muy fea y estoy empezando a perder la fe en la humanidad y tal. Recomendadme algo que sea fácil de seguir y haga apología de las pequeñas cosas que nos alegran la vida, por favorrrrr...

miércoles, 11 de enero de 2006

Rascacielos, de J. G. Ballard



Ballard no es un autor fácil. Yo mismo me considero admirador suyo y no consigo entrar en la mitad de sus libros. ¿Por qué aparece tan hermético? Por la casi absoluta falta de diálogo y su extraño manejo de la tensión y el tiempo (la historia es apasionante pero no da tiempo a que sintamos intriga). Y es que sus obras son visiones únicas y muy personales, sin concesiones al lector, ni siquiera en las más accesibles. El buen hombre imagina cosas muy extrañas en su caecita, y tiene una forma aún más extraña de contarlas. Si uno consigue entrar en su mundo, se queda sin aliento, aturdido por la fuerza de esas alucinaciones, por la sugerencia de que hay algo real detrás de todo lo que cuenta.

"Rascacielos" es uno de sus libros de horror urbano. Aquí, se abre un inmenso edificio, relativamente apartado de la ciudad, donde los propietarios de los apartamentos son personas que sólo podrían existir en un ambiente urbano. Sin saber por qué, empiezan a fallar algunas cosas, y la convivencia se va volviendo más desquiciada. Permanentes fiestas nocturnas, suciedad, ataques en las zonas comunes, y tácitos acuerdos de que todo está sucediendo como tendría que suceder. Mientras, el edificio se divide en tres bandos: la clase alta, en los últimos pisos; la clase burguesa, que ocupa la mayoría del edificio; y la clase obrera, en las plantas bajas. Aunque tiene su parte de metáfora social, creo que Ballard no es tan obvio, y lo que hace más bien es exagerar hasta extremos irreales situaciones potencialmente reales, dentro de una lógica absurda, de pesadilla, que es difícil de aceptar. Los habitantes del edificio empiezan a aislarse del mundo exterior, volviéndose más y más salvajes; a pesar de la inmundicia y de la violencia, cada vez se sienten más cómodos en este nuevo mundo de instintos y de tribus. Cada vez más alejados de las convenciones de la vida civilizada. Y asusta, porque, a pesar de que tal y como se presenta la situación sabes que no puede ocurrir, entiendes por qué los asilvestrados urbanitas se sienten vivos por primera vez. En gran parte, la historia (contada a trompicones y que ya ha contado lo que ha pasado cuando todavía lo estás esperando) es algo secundario. Lo que a Ballard le interesa es mostrar al mundo esos demonios que cree que todos tenemos, y que son exclusivos, consecuencia directa, del mundo contemporáneo.Especialmente los que no conocíamos y preferiríamos no conocer.

"Más tarde, luego de trinchar el perro y servir a las mujeres porciones generosas pero no excesivas, Laing, sentado en el balcón de espaldas a la baranda, pensó en la buena suerte que había tenido. Ahora ya no importaba cómo se condujera, los impulsos descarriados por los que se dejara llevar, o los caminos perversos que decidiera seguir".

sábado, 7 de enero de 2006

EL BESO MORTAL

Kiss Me Deadly (1955)
Dir.: Robert Aldrich
USA




Es noche cerrada. Una mujer, con sólo una gabardina y la mirada ida, corre desesperada por una carretera oscura. Su huida se convierte en una pesadilla circular de la que no parece haber salida. De pronto, un coche está a punto de atropellarla. La sube, para ayudarla. Empiezan los créditos, puestos al revés y yendo hacia abajo, mientras oímos a mucho volumen los gemidos de la chica. Y sólo los gemidos. Y entonces te revuelves incómodo y sabes que estás ante algo grande.

Y sigo con mi reivindicación de Robert Aldrich (hace poco comenté su "Canción de cuna para un cadáver"), un director adelantado a su tiempo, que se empeñó en innovar de forma valiente y, lo que es más importante, desde dentro de la industria. Y en esas, pervirtiendo a su manera un libro de Mickey Spillane, se sacó esta obra única de cine negro, que respeta y sigue las normas del género y, a la vez, las vuelve del revés sin que nos demos cuenta. Es todo una misteriosa investigación, repetitiva, donde vemos una y otra vez el lado más miserable y corrupto del ser humano (no en vano es la peli favorita de Paul Schrader). El dinero es el fin de todo, no importan los medios. Aunque entre esos medios esté el de poner al bueno a sonsacar información sádicamente a inocentes, o el de hacer peligrar todo (y digo todo) a cambio de un buen montón de billetes. Y nos asqueamos, pero a la vez seguimos fascinados con el misterio, con los eternos ellos. Todo contribuye a dar mal rollo: el opresivo sonido ambiente (desde oscuras canciones de jazz a comentarios de luchas de boxeo escuchados durante una tortura), las aparentemente mediocres interpretaciones (que, de puro vulgar, se demuestran animales y primarias). Y, sobre todo, la última media hora de película, que la sitúa casi casi al borde de la ciencia-ficción o, incluso, la metafísica de "La investigación" de Lem. Y uno de los finales más increíbles jamás rodados. No es un buen trago, amigos; es por algo que fue marcada como la película más potencialmente corruptora de la juventud en 1955.

miércoles, 4 de enero de 2006

La mejor música del 2005 para unos oídos llenos de cera

Os cuento los 20 discos editados en 2005 que más dura me la han puesto, que es mi único criterio a la hora de escuchar música. Acudid a vuestro dealerhabitual si queréis darles una oportunidad.

Ah, y también tenéis por aquí mi top de pelis, pero mucho más escueto.


20. YOU SAY PARTY! WE SAY DIE! - Hit The Floor!
Exclamaciones, sintetizadores, chicas espasmódicas, canciones de menos de 3 minutos. Como para no amarlos.


19. FIONA APPLE - Extraordinary Machine
Todo un derroche de jazz-pop machacón, personal y retorcido pero elegante, con pocos estribillos que faciliten las cosas y muchos detalles en los que perderse.


18. BRAKES - Give Blood
Una especie de Guided By Voices ingleses, una suerte de punk-country con letras simpáticas y confesionales. Variado, enérgico y sólo dura media hora.


17. BETTYE LAVETTE - I've Got My Own Hell To Raise
Negra perdida en el abismo de los tiempos. Una leyenda que nunca lo fue reaparece con un disco de versiones actuales (de Fiona Apple, por ejemplo, la que da título al disco). Una voz sincera, curtida, desgarrada y desgarradora.


16. HIGH ON FIRE - Blessed Black Wings
Metal para los amantes del dolor de cabeza. Para escuchar de un tirón y pensar que te han vapuleado a pedradas y no te has dado ni cuenta. Como una roca. Estuvieron por España de gira, tocaron aquí en Alicante pero no pude verlos, ¡mierda!


15. MISHIMA - Trucar A Casa, Recollir Les Fotos, Pagar La Multa

Una colección de pequeñas historias cotidianas, sencillas y preciosas. Qué queréis que os diga, no puedo sino dejarme cautivar por un disco que empieza con una canción de un minuto en la que una chica adorable no deja de repetir: "t'estimo... t'estimo...".


14. LA CABRA MECÁNICA - Hotel Lichis
La vuelta del cabrón. La mejor producción musical que ha conseguido hasta la fecha (sus anteriores discos, aunque igualmente buenos, sonaban algo acartonados), con una voz más macarra que nunca, y letras igual de tocapelotas que siempre.


13. M.I.A. - Arular
Uno de los hypes del año, que al principio te deja pensando en su repetición y monotonía. Y entonces descubres que has estado escuchándolo todos los días del último mes, y repitiendo sin darte cuenta sus estribillos. Una modernísima mezcla de electroclash y reggaeton con letras politizadas y muchas ganas de fiesta.


12. LIGHTNING BOLT - Hypermagic Mountain
Sí, vale, suena exactamente igual que el anterior disco. Pero, ¿qué más da? ¿Qué otro grupo del mundo se parece a ellos? Ninguno. ¡No se atreven! Porque Lightning Bolt son únicos creando una tormenta de ruido propia del fin de los tiempos, y sólo con una batería y un bajo. El apocalipsis del rock.


11. THE CHRIS STAMEY EXPERIENCE - A Question Of Temperature
El buen hombre detrás de los inmensos dB's también tiene una carrera en solitario. Y va y a sus ¿cien? años saca un disco como éste, con estruendosas versiones de rock para padres (Television, Yardbirds, Cream...), distorsión, acojonantes temas propios (nuevos y reciclados) y muchísimo poderío. Y nadie le hace puto caso.


10. STRAPPING YOUNG LAD - Alien
Viejos conocidos de los amantes de la música extrema, a estas alturas hacen su disco más difícil. Porque abandonan los estribillos (casi la única cosa a la que nos podíamos agarrar) y se sumergen sin más en el sonido del infierno, con su velocidad absurda, su intraspasable muro de ruido, y los histéricos y sociópatas gritos de Devin Townsend.


9. MU - Out Of Breach
Un inglés y una japonesa. Marido y mujer. Su cama tiene que ser un nido de perversiones, después de escuchar su música. Que es una extravagante mezcla de ¿quién sabe qué? Más ido de la olla todavía que su primer disco, con las voces de loca de la buena mujer, es lo que se pincharía en una rave en el psiquiátrico.


8. THE PONYS - Celebration Castle
¡Guitarras! ¡Personalidad! ¡Una voz extraña y antipática! Y ese sello de garantía que es Steve Albini.


7. THE MAGIC NUMBERS - The Magic Numbers
Extraña historia será la suya. Porque los hypearon antes de nacer, luego la infame raza del periodista musical se arrepintió y los ignoró, y pronostico que volverán a arrepentirse y los reivindicarán. El disco perfecto para escuchar en una tarde de verano, un rock clásico, bonito y auténtico, a lo Cat Stevens.



6. JESU - Jesu
La nueva reencarnación de Justin Broadrick (Godflesh). Llenando hasta los topes la duración del CD, es un intenso, épico y agotador viaje de saturación sonora y oscura música celestial. Su concierto en el Primavera Sound fue una pequeña decepción, pero quizá es imposible captar en directo todo su poder.


5. AIRBAG - ¿Quién Mató A Airbag?
Ya sabéis, el mejor grupo de punk rock español desde Los Nikis. Canciones directas, con letras molonas sobre pelis de serie B, apologías del verano y amores imposibles, y estribillos pegajosísimos. Por fin pude verlos en concierto este año, y tienen un directo que es una fiesta.


4. KANYE WEST - Late Registration
El hombre que está reinventando el hip-hop. Elegante, inteligente, recargada en el buen sentido, catedrales de funk y soul, y con una esencia pop y melódica innegable.


3. BROADCAST - Tender Buttons
Electrónica lo-fi, sencillísima, cercana, casi minimalista pero llena de pequeñas distorsiones, lejanos acoples de guitarras y errores voluntarios. Delicada y onírica humanidad digital.


2. WEEZER - Make Believe
Vale, creo que soy el único fan de Weezer del mundo que ama su último disco. Pero es que no hay que buscar un nuevo "Pinkerton": Weezer han cambiado. Y ahora Rivers se ha hecho budista, y canta a la amistad y al amor con toda su emoción y su más profunda sinceridad, con letras increíblemente sencillas pero que funcionan por su interpretación. Y en las que, por desgracia, nadie cree en una sociedad tan cínica.


1. LOW - The Great Destroyer
Y, ahora sí, la verdadera destrucción de todo. Tan directo como sutil, aquí Low dan cien pasos más allá de su lánguido (pero genial) sonido, y le incorporan una sobrecargada y ominosa producción, conviertiendo su obra en tan oscura que es difícil de creer, en un tenso presagio del fin de los días.

martes, 3 de enero de 2006

LA NOVIA DEL DIABLO

The Devil Rides Out (1968)
Dir.: Terence Fisher
Gran Bretaña



Ayer fue un gran día. Porque, después de años de búsqueda y de falsos encuentros, anoche pude ver al fin "The Devil Rides Out" (título mucho más apropiado que el español/yanqui de "La novia del diablo"). Y joder las ganas que tenía. Y más ahora que es cuando estoy disfrutando y entendiendo de verdad el cine de la Hammer, dándome festines vampirescos. Sí, en mi adolescencia me aburrían un poco. Y a pesar de todo, no paraba de buscar esta supuesta gran joya (producida por empeño de Christopher Lee, fan del escritor de la novela, y que la considera su mejor película) no sólo de los británicos góticos, sino del terror en general y del subgénero satánico en particular. Seguramente la especialización del horror que más número de alegrías y escalofríos nos da por metro cuadrado.



Y lo que disfruté. Los nombres principales: Terence Fisher, Christopher Lee y... ¡Richard Matheson! Un hombre que siento que no está suficientemente reivindicado, y que es el mejor autor/guionista de terror palomitero que ha existido jamás. Aquí adapta una novela ajena (de Dennis Whitley) que parece que es bastante famosa, pero su sello está presente. Porque"The Devil Rides Out" es, de principio a fin, un apasionante recorrido por las mil y una tretas de Satán para salirse con la suya, una impresionante sucesión de climax de horror. ¿Desarrollo del argumento? ¿Para qué? Esto es la versión del dicho musical "no nos aburráis, dadnos el estribillo". Nada más empezar, los protas llegan a un encuentro de una sociedad astronómica. "Vaya, yo ya sé que eso es un círculo satánico, en fin, esperaremos media hora hasta que se decidan a desenmascararlo abiertamente como en las demás pelis de la Hammer". Aún no has terminado de pensar eso, y ya hay un enfrentamiento con una entidad demoníaca. Y así, una y otra vez. Un constantesalir de la sartén para caer en las brasas, una huida del Bien perseguido sin tregua por el Mal. Qué virtuosismo del género de los tres grandes nombres de más arriba. Qué uso tan inteligente de la iconografía del Oscuro. Todo un festival de tensión diabólica, acción terrorífica y la inescapable presencia del Mal. ¡Y terror! Porque la peli, sin que sirva de precedente, da miedo. A mí, mucho. No quiero dar más detalles porque, entre rituales, control mental o entes infernales, hay todo un catálogo de las argucias de Belcebú. Al menos la larguísima secuencia de la resistencia en el círculo de protección (en la imagen), homenajeada en "El día de la bestia", tendría que figurar en cualquier best of del género.



¿Pegas? Alguna hay, ¿no? Bueno, quizá algunos de los secundarios sobreactúan demasiado, como el líder del círculo satánico, que no tiene tanto carisma como debiera; o que el desarrollo de algunos personajes no es muy creíble. Pero no importa, porque una vez se ha entrado en la vorágine de magia negra, no se puede salir. Odio el término, pero me gusta ser justo con él cuando hay que serlo; y "The Devil Rides Out" merece ser llamada una obra maestra del cine de terror.