
En medio: como un Tim Burton esquizofrénico y que se ha olvidado de tomar sus pastillas. La serie vomita obsesiones desatadas como los alces, los monos, los cerdos, la skool, o los sitios de comida rápida. Una locura total, divertida hasta morir. El creador es Jhonen Vasquez, conocido por sus comics de "Johnny The Homicidal Maniac".
En largo: Zim pertenece a la raza Irken, especializada en conquistar planetas. Es la oveja negra del imperio: a pesar del entusiasmo y entrega de su megalomanía, siempre acaba dejando las cosas peor de lo que estaban para todos. Para deshacerse de él, le mandan hacerse con el lugar más lejano de la galaxia, que resulta ser la Tierra. Le proporcionan un androide perturbado montado con piezas de desguace, Gir, que suele ir disfrazado de perro idiota. Zim se disfraza de niño humano normal, pero Dib, un chico de su clase que es investigador paranormal en su tiempo libre, conoce la verdad, y trata de darla a conocer por cualquier medio. Y, bueno... esto ni empieza a describir lo que es "Invader Zim": la demencia más absoluta. Los planes de ambos chocan, se contrarrestan, y suelen causar el caos más grande y salvaje. Con amplia variedad, porque no hay dos episodios iguales, y todos tienen de fondo a secundarios creados en un frenopático (como la profesora, la hermana de Dib, o los jefes de Zim: The Almighty Tallest Purple and Red), que habitan un mundo más o menos futuro donde todo, y digo TODO, puede existir si tiene el apropiado nivel de cafeína en sangre. Luchas de robots, una habitación en el centro de la galaxia con un alce que explica el origen del universo, ardillas, monos sedados emitidos por televisión 24 horas al día, enanos de jardín equipados con láser de alta tecnología, Chickenfoot, padres-droides epilépticos... y la revelación de que el Apocalipsis será en un fast-food: The Foodening. Y con todos los capítulos deseas que te metan tila en vena porque no puedes aguantar tanta histeria y tanta carcajada espasmódica.
La pena: no es fácil de conseguir. Incluso por internet, si hay suerte se pueden bajar capítulos en inglés, pero (creo) no hay subtítulos. Hay algunos disponibles en español neutro, pero hay que evitarlos porque una de las grandes bazas de la serie es su doblaje original, con frases neoclásicas, llenas de sabiduría, y apropiadas para el día a día como:
-Ride the piiiiiiiiiiiiiiiiiiiig!
-Space meeeeeeeeeat!
-Dooooooooooooooom!
-Cuuuurse youuuuuuuuuu!
El sueño: poseer la caja para fans, con la forma de la casa humana de Zim, que incluye las dos temporadas, los especiales, algún capítulo inacabado, un muñeco de Gir, extras, subtítulos en Irken, etc. Son los 120$ que algún día me atreveré a gastar. Algún día...