sábado, 11 de noviembre de 2006

GOD TOLD ME TO

God Told Me To (aka Demon) (1976)
Dir.: Larry Cohen
USA



Larry Cohen es uno de los directores más personales y auténticos del fantástico, injustamente (o más bien sorprendentemente) olvidado hoy, incluso por los fans. Ni siquiera su estupendo capítulo para "Masters Of Horror" ha provocado una revisión de sus películas. "God Told Me To" es la más alucinante de todas. Tiene, como casi todo el cine de Cohen, una de esas ideas argumentales que es muy difícil que salgan mal. En New York, ciudad protagonista, hay una oleada de asesinatos en masa, causados por personas aleatorias, generalmente por el método del francotirador apostado en lo alto de un edificio. Un detective investiga y descubre que, al ser preguntados por qué lo hicieron, todos responden lo mismo: Dios me dijo que lo hiciera. Y, conforme avanzan sus pesquisas, no se encuentra con una esquizofrenia causada por residuos tóxicos o aparatos secretos del gobierno, como en cualquier episodio de "Expediente X"; sino que en cada suceso aparece un hombre sospechosamente parecido a Jesucristo.


La trama es tan demente como apasionante, con un guión redondo y cada vez más complejo conforme avanza. Toca y mezcla a la vez y con el mismo éxito géneros como el policíaco, el terror puro, el cine lisérgico, la ciencia-ficción, la blaxploitaition, el documental... enmarcado todo en una estructura casi hitchcockiana. Su reinterpretación de Hitchock es quizá parecida a la que habría hecho De Palma si se hubiera dedicado al thriller en su primera época de libertad formal. Hay hasta homenajes directos, como la música (la peli está dedicada a Bernard Herrmann), o una copia de la escena del asesinato en la escalera de "Psicosis", que me atrevería a decir que aquí está mejor rodada de no ser porque tampoco quiero exagerar. "God Told Me To", aparte de esto, tiene un tono profundamente único y personal, una forma de filmar New York en la que se puede reconocer a Cohen aun viéndola unos segundos. No parece haber mucho presupuesto, pero la imaginación y el talento disparan la efectividad de la película, con una narrativa potente y sin descanso, muy física. Es física en el sentido de que sientes estar dentro de los escenarios, gracias a que la cámara siempre está en acción y con una perspectiva a la altura del espectador; y a la vez tiene una gran sensibilidad onírica, sobre todo por la fotografía algo amarillenta y a veces "llorosa". Uno se siente transportado a través de un sueño, con el mismo tempo, y con una historia propia de una pesadilla causada por indigestión.


Los actores, sobre todo el protagonista, juegan un papel muy importante, porque se mezclan perfectamente con el entorno, se diluyen en la historia como pegotes en una pintura. Gracias a ello, Cohen retrata también el clima social de la ciudad de forma sutil pero muy convincente, con carga crítica, convirtiendo la película en un testimonio de una época, una de esas que se sabe que no se podrán repetir. Aparte de ese pulso moderno, hay mucha cinefilia, no sólo en lo de Hitchcock, sino por ejemplo en un par de flashbacks que reinventan la ci-fi de los años 50 con el "todo vale" de los 70. Y también habla de la religión; aunque la usa para indicar algunas cosas sobre el vacío de valores del mundo moderno, sobre todo usa su mitología como herramienta en beneficio de la película, y la retuerce de tal manera que consigue una atmósfera apocalíptica de "llegada del anticristo" nunca vista, ¡partiendo además de Dios y no de Satán! Aunque suene rancio: ya no se hacen películas así. Hay que verlo para creerlo, y la última imagen es de las que revientan a uno por dentro. El cine de género actual tiene algunos méritos, pero no la libertad de aquel entonces.

5 comentarios:

Antonio dijo...

A mi estas pelis me dan verdadero pavor, paso sin dormir noches y noches

Anónimo dijo...

No la he visto, pero me la apunto.

Como siempre, interesante tu crítica, Borja. ;)

Saludos desde Videodrome!.

Virrey Mendoza dijo...

Llego aquí a través de la insaciable Pussy Galore y me encuentro con una grata sorpresa de un paisano!
Yo descubrí a Larry Cohen allá por los primeros 90, cuando las teles privadas empezaban y Antena 3 tenía un programazo llamado NOCHE DE LOBOS, de cine fantástico, de terror y de ci-fi.
Recuerdo que vi una película suya que se tituló aquí LA SERPIENTE VOLADORA o algo así... con David Carradine (kung-fú).
Por cierto, es usted un tipo con buen gusto, se parece a mi.

Iveldie dijo...

A mi el cine de Larry Cohen siempre me ha praecido que tiene estética de telefilme, casi todas las películas suyas que he visto se me han hecho un poco pesadas. Tampoco es que haya visto mucho cine suyo, la saga de "estoy vivo" que no me gusta nada, the ambulance, nuy normalilla, efectos especiales, que tampoco me dijo nada. Esta última que comentas me parece que la empecé a ver y la dejé a medias por aburrimiento, me parece que tendré que dalre una nuev aoportunidad ya que como lo comentas apetece más verla. Saludos!

Borja dijo...

Chimp: Paisano y con gustos similares, cosa difícil de encontrar, incluso por internet... Yo también descubrí a Cohen allí, o creo que fue en AluCine, cuando se dedicaban a repetir una y otra vez "The Stuff" (aquí, "In-natural"). "Q, la serpiente voladora" es estupenda, una monster-movie que no se parece a ninguna otra...

Iveldie: Es indiscutible que la estética de las pelis de Cohen es sencillita, pero yo no lo veo para nada con aire de telefilm, sino con mucha personalidad. Y esa sencillez ayuda a mucho a su inmediatez, no diré que es realista ni documental, pero vamos, por ahí anda... En cuanto al ritmo, las pelis de Cohen van como un tiro! Si acaso es que pasan muchísimas cosas y eso puede hacer que parezcan más largas pero, salvo cuando se desvía de la trama principal, no suele haber decaídas.