Me decido a empezar mi primera serie regular en el blog: Mis Terrores Favoritos. Título plagiado con poca vergüenza y menos originalidad de un programa de Narciso Ibáñez Serrador que a mí me pilló bebote (yo soy ya de Alucine y Noche de Lobos), pero que da el pego y es de lo más descriptivo. Cada entrada la dedicaré a una película, básica al menos para mí, de este nuestro género predilecto: el terror. Como buen generófilo admito que este es uno de los pocos campos donde el academicismo tiene razón, quizá precisamente por ser tan poco académico. Me explico. Una vez vistos los grandes clásicos del cine de escalofrío y silueta, hay muy pocas películas que puedan superarlos o incluso acercarse. Esto es un poco frustrante para el aficionado, que ve cómo en pocos años ya ha visto casi todo lo que da de sí, al menos al máximo nivel. Y aun así, sabiéndolo, no se puede evitar seguir investigando con ganas, las pasiones es lo que tienen, con esperanza de encontrar algún Santo Grial perdido en las entrañas de la historia. Y se encuentra sólo con repeticiones formulaicas, diversiones pasajeras, y esas pequeñas joyas, no siempre valoradas justamente, que aparecen de cuando en cuando y motivan a seguir en el ajo.
Por eso, en este repaso aleatorio y algo irregular, hablaré de los clásicos que todos conocemos y amamos. Aparte de una opinión, intentaré ofrecer algún punto de vista nuevo o datos poco conocidos, porque precisamente sobre las grandes del terror se ha escrito mucho y, a veces, bastante bien. Y también hablaré de esos diamantes en bruto que todos tenemos, cada uno los suyos, que suelen ser fundamentales en la creación de una identidad cinematográfica personal, tanto como los que forman parte de la historia oficial.
Un aperitivo de la peli por la que empezaré, a ver si alguien la reconoce:
martes, 21 de marzo de 2006
Mis Terrores Favoritos (0)
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