viernes, 31 de marzo de 2006

Sesión Doble: Con un par de Meyers

Uno de mis deportes favoritos desde que existe el eMule es ir viendo, en un goteo constante, todas las películas menores de Russ Meyer. Antes de internet, era difícil conseguir incluso las más famosas, pero se podía por ciertos cauces; pero luego uno leía una filmografía suya y se daba cuenta de que había hecho millones de películas que nunca vería. Y que ahora podemos ver. Algunas sólo con detalles de su genio y otras llenas de él. Aquí os doy una de cada.


THE IMMORAL MR. TEAS (1959)
elink (en inglés)
Primera película como tal de Russ Meyer, su interés es más que nada histórico, tanto dentro de su filmografía, como en la historia del erotismo en el cine. Porque parece que esta peli fue la que creó los nudies como tales, sacándolos del underground, y acabando con la única forma que había de ver desnudos en cine, que eran las películas naturistas. No hay un argumento real ni diálogo, sólo de vez en cuando una picarona (y vergonzante) voz en off. Consiste en que seguimos las peripecias de Mr. Teas, un guarrete entrañable (ex-compañero de Meyer en la guerra), que se ve paseando por un mundo lleno de mujeres provocativas y jamonas, a las que siempre se imagina desnuditas. Sin sexo ni nada, sólo un voyeurismo inocente, en el campo de la fantasía para rebajar el impacto inmoral. La comedia no es muy divertida, las chicas son estupendas y sería interesante saber más de ellas, porque en aquella época salir en una película así (que además tuvo un éxito de taquilla brutal) tuvo que tener muchísimas consecuencias en su vida personal. Los destellos de talento de Meyer son más escasos que nunca, aparecen sólo en el campo del color y de unos melonares más discretos que los futuros pero bastante bien pertrechados para la época.



LORNA (1964)
elink (en inglés)
"Lorna" es la que muchos consideran la primera película de verdad de Russ, después de sus primeros nudies; la que se tiene como su auténtico salto creativo, inicio de su etapa llamada de gótico americano, y que duró 4 films, hasta "Faster, pussycat! Kill! Kill!" (y después también "Vixen!", con la que "Lorna" comparte muchísimas cosas). Todas tienen características más o menos parecidas: en blanco y negro, con muy poca de la comedia del resto de su filmografía, una forma peculiar pero casi radical de entender el feminismo, y en algunas un espíritu de melodrama rural que rompe todo el género partiendo de sus esquemas. El principio es arrebatador. Vamos dentro de un coche por una carretera de pueblo, y en medio de la calzada hay alguien. Paramos delante, y vemos que es un pastor que nos dice que mejor no osemos seguir adelante, que arderemos en el infierno, que nos contagiaremos de todo el pecado que vamos a presenciar. Se aparta, y seguimos adelante. Como para haber quitado la peli después de eso. La historia es típica de Russ, de esposa insatisfecha, de adulterios y violencias, y de tetas gigantes. Lorna Maitland es la primera gran starlette meyeriana, con pechamen cual bomba nuclear. Es el centro del espectáculo y, a diferencia de la mayoría de sus pelis, con catálogos completos de chicas, aquí Lorna sólo tiene la única breve competencia de Althea Currier, que ya salía en "Mr. Teas". El sur americano es agobiante, animal, lleno de carne, sudor, sexo, arena y sangre. Aunque tiene fallas en el ritmo imparable tan propio de Meyer, animado en este caso por una estupenda banda sonora jazzera, toda la película está llena de un despliegue creativo apabullante, dominio de la cámara y del montaje; por ejemplo, en un glorioso y osado (¡es 1964!) cunninlingus fuera de campo. Y repleta también de momentos originalísimos, como el inicio que comentaba más arriba; o una imagen al final, en la que, tras una muerte, vemos en un breve plano de 2 segundos a ¡la Muerte en persona con su guadaña, sobre una colina!



miércoles, 29 de marzo de 2006

Mis Terrores Favoritos (II): LA MATANZA DE TEXAS

The Texas Chain Saw Massacre (1974)
Dir.: Tobe Hooper
USA



En lugar de una opinión como las que suelo escribir, os recuerdo/cuento lo más memorable de "La matanza de Texas", porque poco se puede añadir a estas alturas. El clima extremo de Texas en agosto, que no debía tener muy contento al equipo de rodaje, ayudó mucho a que saliera lo que salió, que casi nadie esperaba, ni siquiera ellos. Os mezclo todo con alguna imagen poco conocida del rodaje. Y os pregunto: ¿cuál es vuestro momento favorito?

- La primera imagen de un cadáver en el desierto, putrefacto, con siniestras noticias radiadas de fondo. La primera vez que la vi, fue por casualidad en una cadena local; antes de saber qué era aquello, empezó esta escena y me decía a mí mismo, "me cago en la puta". En cuanto vi qué peli era, sabía que tenía que buscar corriendo una cinta para grabarla, pero no podía dejar de mirar.

- El autoestopista white trash, que asusta a un puñado de pijos de ciudad. De parecer un tipo raro, se convierte en un potencial loco peligroso cuando se corta en la mano con un cuchillo. Le echan, y corre junto a la furgoneta para marcarla con su sangre.


- La pestilente habitación llena de plumas y huesos. La película entera es como una nevera apagada y llena de mierda de paloma. Huele.

- La puerta corredera de la que sale por primera vez Leatherface. En un solo plano estático, rápido y conciso, aparece el monstruo y le da un mazazo a un tipo al que no le da tiempo a reaccionar. Duele.

- La chica colgada viva y despierta de un gancho de matadero. Y dicho sea de paso, su estética pijipi de sujetadores fuera y camisetas ajustadas dentro. En las pelis de terror actuales ha sido cambiada por la camiseta blanca de tirantes, sucia y embarrada, no menos destacable.

- El asesinato del plasta de la silla de ruedas, en la oscuridad del bosque, con la famosa sierra mecánica.


- En esa misma oscuridad, la persecución de Leatherface a Marilyn Burns, que parece no acabar nunca y da muchas ganas de gritar. Cuando acaba la persecución no podemos respirar tranquilos, sino que la cosa se pone aún peor en la enfermiza cena de familia disfuncional, con el abuelo intentando martillear la cabeza a la gritona chica. Angustioso.

- Y no acaba ahí la espiral de horror. En una escapada poco ortodoxa saltando por la ventana, Marilyn Burns de nuevo huye y huye y huye, y uno sólo quiere que se acabe ya para volver a la tranquilidad del mundo real.


- La imagen final de Leatherface cortando el aire con su sierra en el crepúsculo de la mañana, se siente fracasado porque ha perdido a su presa.

PD: Muy recomendable la segunda parte, con Dennis Hopper, autoconsciente y todavía más demencial y excesiva que ésta. Y la reinterpretación (no remake) del 2003 recuperaba el espíritu, dentro de lo posible hoy día, de la original, con resultados no poco agobiantes y con Jessica Biel con la camiseta blanca de la que os hablaba antes.

lunes, 27 de marzo de 2006

LEM

Acabo de leer que ha muerto Stanislaw Lem. Literariamente ya llevaba muerto muchos años, al menos en España; pero no es agradable saber que se ha ido tu escritor favorito, incluso me atrevería a llamarlo guía filosófico o hasta modelo inspirador. Siempre quedaba la esperanza del "¿y si vuelve...?". Estoy bastante afectado, es alguien con quien he crecido, con quien he dialogado leyéndolo, me ha hecho pensar como ninguna otra persona, ha cambiado mi forma de ver muchísimas cosas. Me limitaré a copiar un fragmento de "Congreso de futurología", que puede que se parezca a lo que Stanislaw haya visto después de sus últimos momentos. Peor que yo lo estarán pasando Jadwiga Maurizio y Melitón Bustamante. Y qué graciosa esta foto suya con una peluca, seguro que además de todo lo anterior, era una gran persona.


Nada.

Nada.

Nada; pero nada de nada.

Me pareció que algo..., pero no. Nada.

No hay nada. Ni yo tampoco.

¿Cuánto tiempo aún? Nada.

Parece como si algo hubiera, pero no es seguro. Tengo que concentrarme.

Pasa algo, pero no mucho. En otras circunstancias, diría que nada.

Hielo blanco y azul. Todo es hielo, y yo también.

Este hielo es muy hermoso; ¡si no fuese tan frío!

Agujas de hielo y cristales de nieve. El ártico. Un carámbano en la época. ¿Médula en los huesos? Pero qué médula: limpia, de hielo transparente. Está helada y rígida.

Helado: soy yo. Pero, ¿qué significa yo? Tal es la cuestión.

Nunca sentí tanto frío. Afortunadamente, no sé lo que significa yo. ¿Yo? ¿El presunto yo? ¿Un témpano de hielo? ¿Es que las montañas de hielo tienen agujeros?

10 razones para amar a Crispin Glover


1) Su segundo nombre es Hellion. Crispin-Hellion-Glover.
2)
No envejece.
3)
Fiel a sí mismo, no se cansa de hacer personajes únicos, varios metros más allá de la sobreactuación. Como el primo Dell de "Corazón salvaje", el heavy drogadísimo y dictatorial de "River's edge", George McFly en "Regreso al futuro", el carismático Thin Man de "Los ángeles de Charlie" o su primer verdadero protagonista en "Willard", rodeado de ratas. Y en "Dead Man", y en "Persiguiendo a Betty", y haciendo de Andy Warhol en "The Doors", y...
4)
Tiene un disco de título interminable, medio monólogos enfermizos medio ochenterismo experimental, con una versión de "These boots are made for walking" como grabada en un retrete. Como muestra, el vídeo de "Clowny clowny clown", tan demente como la propia canción.
5)
Para "Willard" cantó el "Ben" de Michael Jackson. Poco después dirigió un videoclip de su versión.
6)
Ha escrito libros. Uno sobre el arte de cazar ratas, otro de la vida de un hombre contada al revés. No esperaríais una novela histórica con templarios.
7) Salió a una entrevista mítica en el programa de David Letterman con peluca y taconazos y casi le pega al presentador, quien intenta desesperadamente volver a ser el centro de atención, además de humillarle después de que se ha ido. Obviamente el que queda mal no es quien Letterman se piensa. Se dice que Crispin iba hasta arriba de ácido, pero la gracia está en que él es así de verdad.
8) Ha dirigido una película metafísico-religiosa, de momento inencontrable, que se llama "What is it?", sólo con actores con síndrome de Down, él mismo, y gritos de Fairuza Balk.
9) Aunque al final han estado ciegos y no lo han cogido para hacer del Joker en el próximo Batman en cine, en su siguiente peli interpreta a Grendel, el monstruo mitológico de la leyenda escandinava de Beowulf.
10) Su pelo.

domingo, 26 de marzo de 2006

A SHORT FILM ABOUT KILLING

Krótki film o zabijaniu (1988)
Dir.: Krzysztof Kieslowski
Polonia

elink (en polaco)
subtítulos (en inglés)


A finales de los 80, uno de los directores europeos más celebrados de todos los tiempos, Kieslowski, hizo para televisión una serie llamada "Decálogo", y en cada episodio trataba un tema de la vida. Para aprovechar el tirón, hizo versiones alargadas de dos capítulos, los dedicados al amor y al asesinato, y presentarlos en festivales de cine llenos de críticos dispuestos a lamerle el culo (ésta en concreto ganó el Premio del Jurado). Y con bastante razón, parece. Digo "parece" porque éste ha sido mi primer Kieslowski y no puedo generalizar más, ni sé si es representativo. La impresión ha sido muy buena, un cineasta tan pictórico como literario, maestro del encuadre.


La peli parece ocurrir en un mundo suburbano alternativo, lleno de podredumbre, óxido y barro; tan fuerte es la sensación, que uno podría pensar que no se ha necesitado añadir filtros (que a veces enmarcan las imágenes) y que todo lo que vemos es real. Y a pesar de lo espectacular de los colores marrones y verdosos, Kieslowski no quedó satisfecho y se picó con su director de fotografía (quien luego hizo carrera en los USA, por ejemplo en "Gattaca"). Lo siniestro del asunto es que ese mundo de pesadilla es real, es la Varsovia comunista de finales de los 80. Entre las imágenes y la temática, casi podría ser una adaptación al cine de Kafka o Kadaré. Es una de esas películas que rápidamente se etiquetan como alegato contra la pena de muerte, a lo que yo añadiría el no menos importante factor de pesadilla urbana. La peli sigue a tres personajes: un taxista que aquí sería un arquetípico añorador de Franco; un talentoso y sensible abogado; y un jovencito de tendencias destructivas aleatorias y gratuitas, que vamos viendo. Después de más de tensa media hora de presentaciones, el jovencito liquida al taxista, y el abogado lo defiende sin poder evitar su condena por el Estado.


Para darle fuerza a su crítica a la pena de muerte, la equipara con el asesinato cruel del tipo, con paralelismos entre el crimen individual y el crimen estatal. Lo consigue en dos escenas similares, largas, tensas, crueles y muy gráficas. La primera, la del homicidio del taxista: lo lleva a un descampado, lo estrangula durante varios minutos (no sólo de tiempo real sino también cinematográfico), el taxista babea y recobra falsas esperanzas de escapar, sólo para que el asesino acabe el trabajo a garrotazos poco después. Que el Kieslowski es un hijodeputa, porque se ensaña aún más con el taxista, "aún está vivo", así que hay que reventarle la cabeza con un canto rodado pero bien. La ejecución al final de la película es si cabe más fría y ceremoniosa, incluso más inhumana porque ya no es la demencia de un hombre, sino la de varios colaborando en la muerte de otro. En un triste y apartado habitáculo, es ahorcado, entre arrepentimientos tardíos, casi con placer por los cumplidores de la ley. La puntilla a la dureza extrema de la escena es que descubrimos para qué servía una zafa de plástico puesta debajo de la cuerda: para recoger el último legado del ajusticiado a la Tierra, la mierda que le es inevitable soltar. Kieslowski comete lo que yo creo que es un error, tratando de justificar el comportamiento del asesino porque mató accidentalmente a su hermana y ahí ya se le fue la olla; por lo tanto, casi parece ponerse de su lado y darle más crédito que al Estado ejecutor. En todo caso, lo mejor de las dichosas películas-alegato contra la pena de muerte es que propician el debate y, si uno tiene fuerzas después de haber sido deprimido, hay mucho que hablar al respecto.

sábado, 25 de marzo de 2006

Prussian Blue: nazi-pop infantil

Prussian Blue es un grupo de música que consta de dos gemelas de 13 años, Lamb y Lynx, criadas en la América del orgullo blanco; y no me refiero al de ser del Real Madrid. Llamaron la atención en los USA al participar en algún reportaje de la tele en plan "Espejo público". El nombre no lo han sacado de los Lunnis. El azul prusiano es un color producto de efectos químicos que dicen los negacionistas del Holocausto que no se encontró en las cámaras de gas para creer que de verdad se usaban para matar judíos. Además de ser el color de ojos de la raza aria a la que las dos entrañables niñas pertenecen. La mayoría de sus temas son versiones de clásicos del white pride, de llamada al orgullo nacional y menosprecio al extranjero, citando el Valhalla, en un sentido diferente al de Manowar. Incluso hay algún tema propio en alemán. Influenciadas por haber sido educadas en casa por su madre, es como si Melody hubiera sido una de las niñas que portaban carteles en las manifestaciones del PP, pero en versión redneck contaminada por Avril Lavigne. También argumentan lo mismo que los derechones de aquí, aquello de que en realidad dicen lo que todo el mundo piensa pero es políticamente incorrecto admitir.



No niegan sus ideales ni los disimulan en sutiles metáforas, ni ocultan su vinculación con movimientos de dudoso pensamiento progresista. En las entrevistas (aquí hay una muy cabrona) a veces dicen abiertamente que Hitler era un buen hombre con buenas ideas y que el Holocausto se ha exagerado. En directo no les importa alzar el brazo en alguna de sus canciones, y no me refiero a que inciten al público a dar palmas o a sacar el mechero. Entre su simpática ideología y su lolitismo (que ofendió a algunas personas más radicales de su movimiento), tienen contentos a los abueletes que añoran los tiempos del Klan. Lo que a uno le sienta mal es que tienen alguna muy pegadiza, como "The stranger":
The Stranger within my gate,
He may be true or kind,
But he does not talk my talk—
I cannot feel his mind.
I see the face and the eyes and the mouth,
But not the soul behind.




Creando polémica, odio y pasión por donde van, participaron también en una peli de terror directa a vídeo, "Dark walker", en principio sobre una criatura monstruosa pero que no extrañaría que tuviera una segunda lectura de tipo étnico. Tenían una web de anti-fans que parece que ahora ha desaparecido, pero su blog propio es tan explícito y divertido que casi parece paródico. Os dejo con una foto que colgaron de lo que les gusta hacer en invierno, a lo Calvin y Hobbes:

jueves, 23 de marzo de 2006

VIOLATED ANGELS

Okasareta Hakui (1967)
Dir.: Koji Wakamatsu
Japón

elink (VHSRip en japo y sin subtítulos)



1966. Richard Speck, un violento alcohólico drogadicto, irrumpe en un edificio donde viven 9 enfermeras. Se las lleva de una en una a una habitación, donde las estrangula y apuñala. Koji Wakamatsu, director de cine japonés que incluso había llegado al Festival de Berlín, se fija en la historia y, sabiendo que si se da prisa los productores estarán seguros del éxito y le dejarán libertad, se monta una película artística a toda prisa y la estrena con oportunismo a las pocas semanas del suceso.



No hay tiempo para introducciones, ni desarrollos de personajes, ni nada. Tenemos menos de una hora para toda la película, vamos al grano. Wakamatsu se junta una semana con unas japonesitas tetudas en una casa, ficha a un actor con cara siniestra, le da un cuchillo y una pistola, y lo mete para que haga estragos. Todos los antecedentes que tenemos están en los primeros 5 minutos, que consisten en una serie de imágenes eróticas que bombardean la mente del asesino; casi parece que se quiera justificar (criticando la libertina influencia occidental), y no sólo explicar, su comportamiento sexual desquiciado. Después de eso, 50 tortuosos minutos de violación y asesinato. ¿Que una de las japonesitas tetudas no quiere rollo? Tiro en la cabeza. Todo se intuye más que se ve, debido tanto a una fotografía muy oscura como a a que la calidad del vídeo es tirando a mala; lo que, por otro lado, juega muy a su favor, potenciando el ambiente degradado de la situación. Situación, repito, causa de la nefasta mezcla de la cultura japonesa con la occidental. Gran momento es en el que la imagen se congela con deleite unos segundos en un primer plano de la cara de una de las muchachas sufriendo, al mismo tiempo que parece increpar al espectador: "¡ahora, piensa en ello!".



Poco a poco van quedando menos japonesitas tetudas, el director sigue probando cosas para insistir que estamos ante una película experimental, el productor le sigue obligando a que meta primeros planos de tetas, y el asesino sigue a lo suyo, tratando a las chicas como objetos que han de obedecerle y morir. O sólo morir. El psicópata seguramente estará escuchando la banda sonora, un enervante sintetizador que lleva a la locura y al crimen sexual. Entonces, descubrimos que tiene un corazón, alienado pero corazón, y que todo lo hacía porque necesitaba una madre; la única enfermera que consigue salvarse es la que lo acoge en su pecho y le da mimitos maternales. Segunda imagen en color de la película, con el perturbado rodeado de los cadáveres y arrimado al seno de la madre adoptiva (esta imagen es un icono del subgénero japonés de violaciones, del que por otro lado "Violated angels" no es ejemplo), y final con la policía entrando en el lugar y una especie de denuncia política que sólo el director sabía lo que significaba. 57 minutos de asfixia y, siendo como fue en las islas de oriente un éxito de taquilla, uno de los puntos de inflexión para que el cine japonés se convirtiera en la cinematografía enferma que todos conocemos.

Trueque Mental 2.0

Harto de que Bitácoras sólo funcione si le pillo de humor, y de que la mitad de veces ni siquiera se pueda acceder a este humilde blog, he decidido mudarme a Blogger. Que también tendrá sus fallos, pero como casi todo dios está ahí, nos pillarán a todos a la vez y no me sentiré en una isla de miseria. Todo sigue igual pues, pero cambiando una palabrita de la url.

Así que ya saben, ACTUALICEN SUS ENLACES para seguir recibiendo más de lo mismo:
http://truequemental.blogspot.com

miércoles, 22 de marzo de 2006

Mis Terrores Favoritos (I): LOS OJOS SIN ROSTRO

Les Yeux Sans Visage (1959)
Dir.: Georges Franju
Francia

elink (en francés)
subtítulos (en castellano)

Una forma infalible de empezar una película de terror es en una carretera oscura y vacía, iluminada sólo por los faros del propio coche. No importa que sea en pleno centro metropolitano, o en unos caminos rurales apartados del mundo. Siempre funciona. Así empieza "Los ojos sin rostro", con una mujer conduciendo sola, con una presencia que entrevemos en su retrovisor interior. Con una música circense que recuerda inevitable a "El tercer hombre" y que, lejos de darle un toque cómico a la escena, potencia la inquietud que provoca. Inquietud es una palabra clave a la hora de hablar de este clásico del terror europeo. Con poco diálogo, una historia simple (un doctor que oculta a su hija con el rostro desfigurado, rapta a chicas parecidas para intentar transplantarle una cara nueva) y un minimalismo visual que es efectivo precisamente porque parece todo lo contrario, Franju consigue que no dejemos de removernos en el sillón durante 90 minutos. Y 90 días, porque es una de esas películas con imágenes que no abandonan y que, si ves de noche antes de acostarte, se mezclará con tus pesadillas.



Quizá el mejor uso que se le ha dado al blanco y negro en una historia de terror, y soprendentemente no es un uso espectacular y excesivo, sino todo lo contrario: aséptico y claro. Del contraste entre la fantástica historia de un aparente científico loco y una dirección que pretende y consigue tanto una sugestiva poesía como un anclaje en el hiperrealismo, de ese contraste sale toda la fuerza de "Los ojos sin rostro". No deja de transmitir sensaciones oníricas, con simbolismos poderosos de los que tenemos la interpretación en la punta de la lengua pero no llega a salir, como la presencia constante de los árboles y los perros; cosas cotidianas cobran un aspecto desagradable y casi inmoral bajo el prisma de Franju. Y, a la vez, el hormigueo se multiplica, porque parece que podría haber sucedido en algún apartado chalet, con personajes con dobles motivaciones que podemos comprender. El enlace con la real medicina nazi ya se ha hecho en algún estudio sobre la película, y explicaría gran parte de la incomodidad que produce. Me gustaría leer una opinión en profundidad de un psicoanalista sobre "Los ojos sin rostro"...



A pesar de tener una gran unidad interna, funciona también a base de secuencias casi aisladas. La más famosa, la de la operación quirúrgica y gráfica, sin precedentes en el cine narrativo, que causaba desmayos y protestas por donde se proyectaba la película. Pero casi más importantes para la verdadera eficacia global son otras más discretas, como los largos paseos de la hija del científico por la casa, sola y en silencio, con esa sencilla máscara, de muñequita, que casi hace apartar la mirada de la pantalla por todo su poderío de horror; es como de otro mundo, uno en el que todo tiene la misma apariencia pero es más siniestro y desagradable. O toda la parte en la que la chica secuestrada huye sin cara y con la cabeza vendada, como fruto de una fantasía sadomasoquista lynchiana, y acaba siendo capturada y enterrada en una cripta de un cementerio del que no se puede salir hasta que acaba la secuencia, por muy fuerte que se desee hacerlo.



Antepasado directo de Cronenberg e incluso Lynch, descendiente de Cocteau, plagiado y homenajeado por todas partes, "Los ojos sin rostro" es un gran clásico tanto del mal rollo como de la poesía cinematográfica, de potentes sensaciones que no se pueden explicar y no se pueden evitar. Y con un desenlace de tanta fuerza estética aberrante, siendo sutil y hasta bonito, que no se podrá borrar de la memoria. "Los ojos sin rostro" es como una planta carnívora.

martes, 21 de marzo de 2006

Mis Terrores Favoritos (0)

Me decido a empezar mi primera serie regular en el blog: Mis Terrores Favoritos. Título plagiado con poca vergüenza y menos originalidad de un programa de Narciso Ibáñez Serrador que a mí me pilló bebote (yo soy ya de Alucine y Noche de Lobos), pero que da el pego y es de lo más descriptivo. Cada entrada la dedicaré a una película, básica al menos para mí, de este nuestro género predilecto: el terror. Como buen generófilo admito que este es uno de los pocos campos donde el academicismo tiene razón, quizá precisamente por ser tan poco académico. Me explico. Una vez vistos los grandes clásicos del cine de escalofrío y silueta, hay muy pocas películas que puedan superarlos o incluso acercarse. Esto es un poco frustrante para el aficionado, que ve cómo en pocos años ya ha visto casi todo lo que da de sí, al menos al máximo nivel. Y aun así, sabiéndolo, no se puede evitar seguir investigando con ganas, las pasiones es lo que tienen, con esperanza de encontrar algún Santo Grial perdido en las entrañas de la historia. Y se encuentra sólo con repeticiones formulaicas, diversiones pasajeras, y esas pequeñas joyas, no siempre valoradas justamente, que aparecen de cuando en cuando y motivan a seguir en el ajo.

Por eso, en este repaso aleatorio y algo irregular, hablaré de los clásicos que todos conocemos y amamos. Aparte de una opinión, intentaré ofrecer algún punto de vista nuevo o datos poco conocidos, porque precisamente sobre las grandes del terror se ha escrito mucho y, a veces, bastante bien. Y también hablaré de esos diamantes en bruto que todos tenemos, cada uno los suyos, que suelen ser fundamentales en la creación de una identidad cinematográfica personal, tanto como los que forman parte de la historia oficial.

Un aperitivo de la peli por la que empezaré, a ver si alguien la reconoce:

viernes, 17 de marzo de 2006

Fulci Lives!: Sus estrenos en España

Aunque ahora lo veamos como uno de los nuestros y un outsider, no hay que olvidar que Lucio Fulci fundamentó su carrera en el gran público; el de la época, claro. Ellos también vieron, sufrieron y disfrutaron a este buen hombre. Tipos como los que te encuentras en el banco viendo si han cobrado la nómina, o incluso horteras de los que trabajan en las tiendas de móviles. Ellos también estuvieron allí, y seguramente antes que nosotros. Aquí os presento una breve recopilación de los datos de espectadores (los de la recaudación siempre son falaces) que asistieron a cada uno de sus estrenos en España, en cine; de más público a menos. Estrenos que llegaban siempre con varios años de retraso, supongo que por culpa del enano en el poder. El vídeo es otro mundo, con el que seguramente relacionamos más a Fulci.



UNA HISTORIA PERVERSA (1969) - 995.388
COLMILLO BLANCO (1974) - 811.750
UNA LAGARTIJA CON PIEL DE MUJER (1971) - 734.097
NUEVA YORK BAJO EL TERROR DE LOS ZOMBI (1979) - 595.137
AQUELLA CASA AL LADO DEL CEMENTERIO (1981) - 535.523
LA JUEZ Y SU ERÓTICA HERMANA (1976) - 407.002
EL DESTRIPADOR DE NUEVA YORK (1982) - 388.475
EL MÁS ALLÁ (1981) - 329.513
LOS MANGANTES (1964) - 312.509
A SU EXCELENCIA LE GUSTAN LAS MUJERES (1972) - 283.915
LA CONQUISTA DE LA TIERRA PERDIDA (1983) - 235.529
LA CARRERA DEL ORO (1976) - 223.330
DOS COSMONAUTAS A LA FUERZA (1967) - 214.582
LA RUBIA TUVO LA CULPA (1962) - 196.569
MIEDO EN LA CIUDAD DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1980) - 185.556
LOS CUATRO DEL APOCALIPSIS (1975) - 175.280
MUÉRDAME, SEÑOR CONDE (1975) - 173.691
MANHATTAN BABY (1982) - 161.063
ANGUSTIA DE SILENCIO (1972) - 96.977



Algunas conclusiones que se pueden sacar de aquí, obviedades pero que no viene mal comprobar con los números delante:

- Fulci era un todoterreno. El cine era su vida, lo hacía con pasión y por eso su vida personal nunca terminó de despegar. Hacía cine para ganarse el pan con lo que pedía el público de cada momento; el hecho de si los hallazgos que había en varias de sus pelis era accidental, innato o buscado en beneficio del arte, sigue en cuestión, aunque seguramente era una mezcla de todo. Y donde más ganas le ponía, el que en apariencia era el género de sus amores, era en el terror. Que además era casi el que mejores resultados económicos le daba, en conjunto.

- Su época dorada, en lo comercial, fueron los 70. El declive comenzó con "Manhattan Baby", siendo el punto de inflexión en su carrera "La conquista" que comentaba ayer. A partir de ahí, cuesta abajo; no se estrenó aquí en cine ninguna de sus pelis posteriores a 1983.

jueves, 16 de marzo de 2006

Fulci Lives!: LA CONQUISTA DE LA TIERRA PERDIDA

La Conquista (1983)
Dir.: Lucio Fulci
Italia/España/México

elink (en castellano)

Me uno al homenaje a Fulci de Bizácoras con motivo de los 10 años de su muerte (¿suicidio? aún no está claro por qué se dejó la insulina...). Con unos diítas de retraso, que Bitácoras me ha tratado mal.



Hay un error común al hablar de esta peli. Y es que no es una fantasía de espada y brujería a la estela de "Conan". En realidad, es una peli prehistórica, de cavernícolas; o eso le encargaron a Fulci como vehículo del mexicano Jorge Rivero. Se ve que le aburría el subgénero y decidió aderezarlo con toques/toneladas de conanadas, repartiendo un poco al azar todos sus tópicos por el metraje. Y aun así, sigue siendo una peli prehistórica. No se centra en la venganza de un muchacho a quien quemaron pueblo y madre. En realidad, la historia gira en torno a una poderosa arma que vive en ese mundo: un arco. Un arco mágico, vale, pero aunque no lo fuera, un arma a distancia marca la diferencia en las refriegas a garrotes o espadas.



"La conquista" es quizá la peli más visualmente radical de Fulci. El objetivo está permanentemente envuelto en vaselina, los cielos con filtros rojizos, los personajes se pasean a contraluz... es un mundo pantanoso en el que no se ve un carajo. Si está así hecho por la inclinación pictórica de Fulci o para enmascarar la falta de presupuesto, queda a la elección de cada uno. Aunque Fulci nunca fue un buen narrador, sí que tiene un gran sentido estético, que daba momentos aislados que eran un placer para la vista. Por esas tierras baldías se pasea, en un supuesto rito iniciático, el muchacho con el legendario arco. Una bruja, desnuda menos por una máscara de oro y un trapito de cuero, lo ve como una amenaza no se sabe a qué y le va mandando sus esbirros. El chaval es jovencico, y se encuentra por el camino a Conrado San Martín, el bárbaro mazas, con muchos más puntos de experiencia. Y ahí van los dos, tapando el sol frente a la cámara, y huyendo de grupos de criaturas a cuál más malvado y bochornoso: perros de 2 metros primos del pueblo de Chewbacca, chinches antropoides, o unos clásicos zombis fulcianos que surgen del fango, penetrados por las armas como si fueran de plastilina. Todos interpretados por los mismos cuatro extras, que se cambian el disfraz corriendito para acabar la peli dentro de las fechas. Entre los efectos especiales, no se pueden sino destacar los pájaros ortopédicos (observados épicamente por los héroes), y las flechas pintadas directamente en el celuloide.



Los momentos sangrantes fulcianos son pocos pero explícitos. El más salvaje, cuando los perros gigantes entran en una cueva donde había unas hippies con el cuerpo pintarrajeado de blanco; entre dos, cogen a una de las piernas, estiran, estiran... ¡y hala, que la parten! ¡Tripas fuera! Las imágenes más asquerosas: las bambollas, más que supurantes, chorreantes, del prota herido por flechas envenenadas. Que mira que cuesta salvarlo, para que total a los 5 minutos le corten la cabeza y se la pasen de un cabrito a otro. La cabeza del héroe, actor mexicano de moda en la época. Que es despedido con honores en una pira funeraria; no a la manera épica de Bruckheimer, sino con primeros planos de su carne derritiéndose. No está mal, ¿eh? Otra característica de Fulci muy presente es la de los perros, a los que sospecho que amaba más que a los humanos. (¿Alguien ha visto su "Colmillo blanco"?)

Hay dos escenas que destacan sobre el resto. Una es cuando el bárbaro se enfrenta a su doble mágico; consigue derrotarlo, y se esfuma, dejando únicamente una especie de cactus-melón en lugar de su cabeza. Que se esfuma también. Y que luego vemos que el cactus-melón es en realidad el brujo-jefe. La otra escena puede contarse entre las mejores de toda la carrera de Fulci. Después de la orgía sangrienta contra las hippies polvorosas que decía más arriba, la bruja nudista parte la cabeza de una y se hincha a sangre. En pleno éxtasis, se lo monta con una serpiente; y entonces nos damos cuenta de que era un ritual para descubrir a su enemigo: se materializa una imagen sin rostro del muchacho del arco, que acaba con ella en esa dimensión onírica con una flecha-láser.