LUCKY SKY DIAMOND (beyond Guinea Pig)

Lucky Sky Diamond (1989)
Dir.: Izô Hashimoto
Japón



A menudo considerada parte de la saga de "Guinea Pig", "Lucky Sky Diamond" (ojo a las siglas) es similar y a la vez superior a la mayoría de los últimos episodios. En estos casos la sinopsis no cuenta el argumento, sino la excusa. Aquí, una chica es tratada quirúrgicamente por una pareja, curiosa por saber los efectos que tienen en el cerebro los cortecitos aquí o el sorber masa gris allá, operaciones facilitadas por la previa inyección de sustancias que es mejor no conocer. En teoría hay dos niveles de realidad: la sórdida verdad y las alucinaciones de la muchacha, pero se mezclan y retuercen para disfrute del esquizofrénico casual. Una hora da para mucha carnaza psicodélica, "LSD" es caótica y sangrienta, generadora de paranoia y risa incontrolada, de catatonia y de aburrimiento, de hemorragia auditiva ante los constantes gritos de la cobaya humana. Ella es operada en una mesa mientras se dedica a hacerle una soberana mamada a su cirujano. Unas pantallas en el suelo de una habitación oscura registran todo lo que pasa, mientras es observado por una mujer muy estirada. Una colorista folklórica almodovariana rompe huesos y rasga piel, liquidando todo rastro de cordura en lo que queda de la japonesa llena de vendas y heridas supurantes. Un tipo metido en una caja de cartón amarilla, con la cara pintada como la Pris de "Blade Runner", se pasea liquidando todo rastro de cordura en lo que queda del valiente que consigue ver esto hasta el final. "LSD" es un gran pozo de barro hediondo, un puro descarte de un Lynch desatado y criado en el underground extremo japonés, pintado por un jipi en un mal viaje.