miércoles, 2 de enero de 2008

HAUSU

Hausu (1977)
Dir.: Nobuhiko Obayashi
Japón



"Hausu" es como si los alumnos de una escuela de cine poco conservadora, ansiosos por probar todas las técnicas aprendidas en clase, se hubieran caído en una marmita de LSD durante el rodaje de su proyecto de fin de curso, y para recuperarse se enharinaran bien de farlopa en la sala de montaje, situada en el techo de un tren de alta velocidad en movimiento. Tiene fama de ser una de las pelis más bizarras de la historia, fama más que justificada y que apoyo personalmente. Es un gustazo indescriptible toparse con un experimentalista radical que no sólo no es un coñazo, sino que tiene sentido del humor y de la ligereza y conoce el valor de la diversión. Es una mezcla de pre-videoarte con una casa del terror colocada en un cine de barrio japonés. Obayashi no se pone límites, pero es lo suficientemente inteligente como para colocar sus desvaríos sobre un guión, con una historia de casa encantada, que podría haber sido rodado de forma convencional, y así la avalancha constante de trucos visuales y momentos surrealistas, análoga de alguna manera a las pelis de gags, no satura al espectador, que se podría hartar pronto de las gracietas gratuitas, sino que avanza y se acumula. Esto hace, en algunos climax, que "Hausu" llegue incluso a dar miedo, la única salida junto a la carcajada que se puede dar a la tensión que genera, con una expectativa y sin tregua de "a ver con qué idea/truco nos sale" que genera un clima constante como el previo a un susto de una peli de terror. Le cuesta un poquito arrancar, con una primera parte de interés intermitente; yo y mi déficit de atención somos partidarios, en general, de que la acción principal, de haberla, llegue cuanto antes mejor. Pero en cuanto las adolescentes japonesas llegan a la mansión (que de eso va) uno ya no se quiere bajar de la montaña rusa. Montaje imprevisible, inagotablemente creativo, ¿humor voluntario y terror involuntario? (se cambian las tornas), musiqueta fuera de lugar que diríase robada de alguna italianada de años anteriores, fondos pintados y fondos de croma, las inevitables y siempre agradecidas sangre, patadas y tetas... imposible resumir. Hasta hay uso y abuso de mi debilidad personal: los colores pintados directamente sobre la película. "Hausu" es merecedora del título de "el delirio definitivo".

Iba a subir el vídeo de esta escena, pero ya lo ha hecho alguien. Es el momento en que al director le pegó el subidón más fuerte de ácido, y convirtió la escena de una muchacha devorada por un piano embrujado en un desbarre a medio camino entre el cine de animación, no sé cual, y las pelis surrealistas de Cocteau:

5 comentarios:

Anónimo dijo...

todos los rusos bailan el Gulag.
Es ver el verde y me pongo feliz!

Anónimo dijo...

Menudas imagenes.Es la primera vez que me entran a la vez, tantisimas ganas de ver una pelicula, como de no verla.

Anónimo dijo...

dios mio, de donde sacas estas pelis borja?
a mi tambien me han entrado ganas de verla, es como muy collagistica, jaja

Bizita Q dijo...

Le recomiendo esta otra del mismo director que no desmerece para nada, aunque no alcance a esta que es fantabulosa de cojones.

http://multiplemaniacs.blogspot.com/2007/10/school-in-crosshair.html

Anónimo dijo...

Cuando la ví, no podía dar crédito. Las imágenes estaban ahí, frente a mí, pero mi cerebro no las procesaba. Hay en esta película un ritmo, una lógica interna, que no es de este mundo, que es ajeno a todo lo conocido. Y no exagero.