miércoles, 29 de marzo de 2006

Mis Terrores Favoritos (II): LA MATANZA DE TEXAS

The Texas Chain Saw Massacre (1974)
Dir.: Tobe Hooper
USA



En lugar de una opinión como las que suelo escribir, os recuerdo/cuento lo más memorable de "La matanza de Texas", porque poco se puede añadir a estas alturas. El clima extremo de Texas en agosto, que no debía tener muy contento al equipo de rodaje, ayudó mucho a que saliera lo que salió, que casi nadie esperaba, ni siquiera ellos. Os mezclo todo con alguna imagen poco conocida del rodaje. Y os pregunto: ¿cuál es vuestro momento favorito?

- La primera imagen de un cadáver en el desierto, putrefacto, con siniestras noticias radiadas de fondo. La primera vez que la vi, fue por casualidad en una cadena local; antes de saber qué era aquello, empezó esta escena y me decía a mí mismo, "me cago en la puta". En cuanto vi qué peli era, sabía que tenía que buscar corriendo una cinta para grabarla, pero no podía dejar de mirar.

- El autoestopista white trash, que asusta a un puñado de pijos de ciudad. De parecer un tipo raro, se convierte en un potencial loco peligroso cuando se corta en la mano con un cuchillo. Le echan, y corre junto a la furgoneta para marcarla con su sangre.


- La pestilente habitación llena de plumas y huesos. La película entera es como una nevera apagada y llena de mierda de paloma. Huele.

- La puerta corredera de la que sale por primera vez Leatherface. En un solo plano estático, rápido y conciso, aparece el monstruo y le da un mazazo a un tipo al que no le da tiempo a reaccionar. Duele.

- La chica colgada viva y despierta de un gancho de matadero. Y dicho sea de paso, su estética pijipi de sujetadores fuera y camisetas ajustadas dentro. En las pelis de terror actuales ha sido cambiada por la camiseta blanca de tirantes, sucia y embarrada, no menos destacable.

- El asesinato del plasta de la silla de ruedas, en la oscuridad del bosque, con la famosa sierra mecánica.


- En esa misma oscuridad, la persecución de Leatherface a Marilyn Burns, que parece no acabar nunca y da muchas ganas de gritar. Cuando acaba la persecución no podemos respirar tranquilos, sino que la cosa se pone aún peor en la enfermiza cena de familia disfuncional, con el abuelo intentando martillear la cabeza a la gritona chica. Angustioso.

- Y no acaba ahí la espiral de horror. En una escapada poco ortodoxa saltando por la ventana, Marilyn Burns de nuevo huye y huye y huye, y uno sólo quiere que se acabe ya para volver a la tranquilidad del mundo real.


- La imagen final de Leatherface cortando el aire con su sierra en el crepúsculo de la mañana, se siente fracasado porque ha perdido a su presa.

PD: Muy recomendable la segunda parte, con Dennis Hopper, autoconsciente y todavía más demencial y excesiva que ésta. Y la reinterpretación (no remake) del 2003 recuperaba el espíritu, dentro de lo posible hoy día, de la original, con resultados no poco agobiantes y con Jessica Biel con la camiseta blanca de la que os hablaba antes.

2 comentarios:

Pussy Galore dijo...

A mi me gusta particularmente la escena en la que el autoestopista organiza aquella carniceria en el coche, me impacta porque a esas alturas de la peli no te lo esperas. Saludos!

Anónimo dijo...

Me quedo con el osario improvisado y con el plano de la puerta corredera. Que acojone puede dar un gordinflas... sobretodo cuando cierra la puerta.

LuMi