jueves, 23 de marzo de 2006

VIOLATED ANGELS

Okasareta Hakui (1967)
Dir.: Koji Wakamatsu
Japón

elink (VHSRip en japo y sin subtítulos)



1966. Richard Speck, un violento alcohólico drogadicto, irrumpe en un edificio donde viven 9 enfermeras. Se las lleva de una en una a una habitación, donde las estrangula y apuñala. Koji Wakamatsu, director de cine japonés que incluso había llegado al Festival de Berlín, se fija en la historia y, sabiendo que si se da prisa los productores estarán seguros del éxito y le dejarán libertad, se monta una película artística a toda prisa y la estrena con oportunismo a las pocas semanas del suceso.



No hay tiempo para introducciones, ni desarrollos de personajes, ni nada. Tenemos menos de una hora para toda la película, vamos al grano. Wakamatsu se junta una semana con unas japonesitas tetudas en una casa, ficha a un actor con cara siniestra, le da un cuchillo y una pistola, y lo mete para que haga estragos. Todos los antecedentes que tenemos están en los primeros 5 minutos, que consisten en una serie de imágenes eróticas que bombardean la mente del asesino; casi parece que se quiera justificar (criticando la libertina influencia occidental), y no sólo explicar, su comportamiento sexual desquiciado. Después de eso, 50 tortuosos minutos de violación y asesinato. ¿Que una de las japonesitas tetudas no quiere rollo? Tiro en la cabeza. Todo se intuye más que se ve, debido tanto a una fotografía muy oscura como a a que la calidad del vídeo es tirando a mala; lo que, por otro lado, juega muy a su favor, potenciando el ambiente degradado de la situación. Situación, repito, causa de la nefasta mezcla de la cultura japonesa con la occidental. Gran momento es en el que la imagen se congela con deleite unos segundos en un primer plano de la cara de una de las muchachas sufriendo, al mismo tiempo que parece increpar al espectador: "¡ahora, piensa en ello!".



Poco a poco van quedando menos japonesitas tetudas, el director sigue probando cosas para insistir que estamos ante una película experimental, el productor le sigue obligando a que meta primeros planos de tetas, y el asesino sigue a lo suyo, tratando a las chicas como objetos que han de obedecerle y morir. O sólo morir. El psicópata seguramente estará escuchando la banda sonora, un enervante sintetizador que lleva a la locura y al crimen sexual. Entonces, descubrimos que tiene un corazón, alienado pero corazón, y que todo lo hacía porque necesitaba una madre; la única enfermera que consigue salvarse es la que lo acoge en su pecho y le da mimitos maternales. Segunda imagen en color de la película, con el perturbado rodeado de los cadáveres y arrimado al seno de la madre adoptiva (esta imagen es un icono del subgénero japonés de violaciones, del que por otro lado "Violated angels" no es ejemplo), y final con la policía entrando en el lugar y una especie de denuncia política que sólo el director sabía lo que significaba. 57 minutos de asfixia y, siendo como fue en las islas de oriente un éxito de taquilla, uno de los puntos de inflexión para que el cine japonés se convirtiera en la cinematografía enferma que todos conocemos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, pues me paso por aquí para que sepas que ya he actualizado tu link en mi blog. Has hecho bien, dado que tu anterior blog era difícil de visitar por esos problemas con bitácoras.

Sobre la peli que comentas... no la he visto... y no sé si atreverme con lo enfermizo de la propuesta... :P

Pussy Galore dijo...

Eso suena muy en mi línea :)

Anónimo dijo...

Le he enlazado en mi blog.

¡Un saludo!

Borja dijo...

Muchas gracias J.Acedo, me das una alegría porque precisamente mi intención es dar a conocer pelis como éstas, que el academicismo me da repelús y hay mucha cosa rara por descubrir y que casi nadie valora... Me decidí a poner los elinks hace poco para facilitar la tarea y que no haya excusa ni vagancia que valga! :D

Y gracias a los enlazantes ;)