lunes, 21 de enero de 2008

RAMPO NOIR

Rampo Jigoku (2005)
Dir.: Un puñadico
Japón


"Rampo Noir" es una recopilación de cuatro minipelis basadas en relatos de Edogawa Rampo; como dice el tópico, con bastante acierto, el Poe japonés. De forma representativa, giran alrededor de la locura y el sexo enfermizo. Como casi todas las obras colectivas, algo irregular; pero hay una unidad muy macabra y fascinante en el conjunto, propia de los juegos radicales de los nipones. Una por una, por números que no me sé los títulos:


1) Abstracto alimento de gourmet para los sentidos. Dura menos de 10 minutos, y la historia es sólo sugerida, una mezcla de hermafroditismo, violencia de género y onirismo. Las imágenes desbordan pureza: un irreal paisaje verde con una laguna perfecta, una violenta pelea/polvo a cámara lenta/rápida. Claridad de fotografía de alta definición, ausencia de cualquier sonido que aísla y absorbe al espectador, un crescendo de ruido blanco que amenaza con alejar de la cordura. A mí me dio taquicardia, causa física = efecto físico.


2) Akio Jissoji, perro viejo ("Mujo"). De un espejo que funde las cabezas de quien se contempla en él va esto, historieta en principio algo vulgar, después con resonancias de Da Vinci y un giro metafísico, pero montada con un barroquismo virtuoso en la composición de planos imposibles, inagotables y constantes, juegos de espejos y efectos visuales (¡hay fractales!) que funden también el cerebro del que se esfuerza intentando comprenderlos. No falta la escenita de sexo oscuro, con su bondage asiático y un montón de cera caliente; instructiva entre otras cosas, ¿quién iba a pensar que las velas también podían derramarse sobre lenguas? Como la primera "historia", una experiencia estética de primer orden.


3) Hisayasu Sato, también perro viejo, el gran representante oriental de la Nueva Carne ("Naked Blood", "The Bedroom"), el Cronenberg japonés, un director que sólo podría haber salido de ese país y que disfruta (o mejor: no lo hace) regodeándose en lo extremo, y escamoteando toda explicación al espectador. Sus pelis son obsesivas y herméticas, tan estimulantes como fallidas. Esta se llama "Oruga", y trata sobre una moza de buen ver que tiene un marido con las piernas amputadas y la cara hecha un cristo, más bien mudo y babeante. Le hace de todo, depravaciones crueles y sexo incómodo, y él se deja hacer; en unos planos como del futuro vemos lo que pasa por la cabeza del pobre hombre escrito en la pantalla: "¿Quién me está despellejando? ¡Basta, basta!". No es para menos, en vez de leche suelta sangre por un pezón y su esposa diligente bien la lame. El lisiado al final se anima y la satisface. La cosa empieza en Guatemala y acaba en Guatepeor, en unos escenarios que terminan en el mundo de los sueños.


4) Ésta básicamente es la que sobraba. Un cuento de necrofilia y/o amor después de la muerte (a los que el melenudo misterioso Tadanobu Asano, actor central de tres de las historias, es aficionado, como en "Vital" de Tsukamoto), inocentón comparado con lo que venía antes. Podía haber sido una curiosidad de 15 minutos, pero se alarga y no va a ninguna parte, y su única razón de existir parece la imaginería kitsch de determinada (y repetida) escena, en la que el viudo decora el cadáver de su amada en un curioso decorado de estudio fotográfico. Es verdad, esa imagen mola; el resto, nada que no se haya visto ya. Parece una peli coreana.

2 comentarios:

Bizita Q dijo...

Esta peli tuve la suerte de verla en su día en el BAFF, y aun me acuerdo que cortaron la proyección varias veces con la primera historia porque creían que se les había jodido el sonido, con lo cual muy a gusto no la vi. El segundo, ya asentado, me resultó casi gialesco, estética y argumentalmente. Recordemos la prolífica novela negra de Rampo, con su detective Kogoro Akechi, que es el personaje de Asano. El de al oruga es el mas grotesco donde los haya y el marcado a fuego, es bizarro e industrial. La autentica esencia del ero-guro en imágenes en la era de la postproducción. El ultimo, quizás sea por una idealización mía, lo dudo tras leerle (genial eso de que parece una película koreana, nada puede ser mas despectivo), recuerdo que era bello estéticamente y cautivador. Aunque admito que necesito un revisionado, porque cuando veo una película en una sala pierdo abstracción.

Borja dijo...

bizita q: Tiene que ser un lujo verla en pantalla grande, sobre todo las dos primeras historias. Yo andaba por Barcelona cuando el BAFF, pero tuve que elegir y ésta se quedó fuera...

Buen apunte el del giallo en la segunda, sí que le veo conexión, aunque también me parece muy muy japonesa. La tercera no estaba mal del todo, yo es que soy un poco exagerado, pero la veo pelín fuera de lugar, no llega al nivel de las anteriores, y no tiene su espíritu experimental.