viernes, 15 de febrero de 2008

Esta noche pinchamos en el Sonora


Con la excusa de la presentación del nº5 del fanzine Fetiche, en el que orgullosamente colaboramos, se celebra una fiesta esta noche en el Sonora. Allí estaremos Ética y Moral en calidad de SoundSystem, poniendo música para abucheo del respetable. De Black Flag a Beyoncé, pasando por Gang Of Four, Ladytron, Styx, DAT Politics, Beat Happening, Bad Brains, The Specials, M.I.A., Jonathan Richman... Quien ande por Alicante que se deje caer a mover el esqueleto, decirme lo aberrante que es mi blog, lo bien que se conserva Nacho para su edad, salir de extra en el próximo episodio de la fotonovela del Tocadiscos Asesino que se realizará en el lugar, etc. Venga, venid, que tenemos muy bien ensayadas las poses de "luego te la pongo" o "no, es que ese disco me lo he dejado en casa".

Para quien no sepa por dónde queda el Sonora: no tiene pérdida. ¿Sabes la calle San Vicente, la que va hacia la plaza de toros? Un poco antes de la guardia civil y un poco después del 24 horas proveedor de espirituosos para los botellones en el Benacantil. Al lado una callecita con escaleras, llamada Empecinado. Pues ahí. Se ve el cartelito con un logo bien cuco.

martes, 12 de febrero de 2008

DELIRIUM

Delirio Caldo (1972)
Dir.: Renato Polselli
Italia



Prueba para el descreído de que una historia coherente y una narrativa correcta no van necesariamente unidas con la capacidad erectora de una peli. "Delirium", un delirio psicosexual rebosante de fantasías sadomasoquistas, sangre de mentira en unos escenarios de mentira que terminan por parecer muy reales de tanto exprimirlos, alucinaciones en pequeños infiernos del sótano de Dante. Un barullo tremendo en el que no se entiende un carallo, pero tampoco importa. ¿Cómo va a importar, con esos rojos que provocan una nostalgia del sudor muy agradecida en invierno? ¿Con todas esas muchachas enseñando perniles, que le transmiten a uno el fetichismo por las piernas que tiene el personaje, o el director? La primera escena, en la que las patas de una moza están siempre separadas en el plano del resto del cuerpo, como si fueran independientes en el espacio y no fueran con la chica, porque así lo percibe el (¿un?) asesino (del que se nos muestra la identidad desde el primer momento), es para enseñarla en las escuelas de cine al lado de algún hallazgo de Hitchcock. Entran los calores viendo "Delirium", por la cantidad de focos que apuntan directamente a los que se pasean por la oscuridad, y sólo a ellos. Con lo que molestan esas luces si le dan a uno y lo bien que quedan si le dan a otro. Si es que para morirse, esto; durante los créditos finales salen imágenes congeladas de la peli, y uno duda de si son cuadros hiperrealistas inspirados por los fotogramas. Así de bien está para la vista.


Viene incluida la tradicional escena fuerte con una bañera llena de agua como protagonista o en cercanías, esa que cada director digno de ser considerado como tal ha interpretado a su manera en algún momento ("Buio Omega" o "Nekromantik 2" entre las más inolvidables). El lío va más allá de la propia peli, porque hay varios montajes parece que bastante distintos entre sí, con varios niveles de explicitud sexual; el que he visto creo que es el italiano, de 102 minutos, parece que el más recomendable. El americano, de 85 minutos, incluye un prólogo en Vietnam que explica con oportunismo el origen de la locura. "Delirium" está como la hubiera hecho Dario Argento con 40 de fiebre, y le hubiera ido pegando la gripe al resto del equipo a lo largo del rodaje. Y es que el goce por la saturación, sea del tipo que sea, no es competencia exclusiva de "Suspiria". En horas bajas, te puede reconciliar para toda la vida con la italianada, definiendo de paso el término "sleazy".

lunes, 11 de febrero de 2008

Lo que más me ha sorprendido de "30 Días De Oscuridad"

Lo que más me ha sorprendido de "30 Días De Oscuridad" es lo condenadamente bien que se ven sus 113 minutos en un archivo de apenas 700 MB.

domingo, 10 de febrero de 2008

FINGERS

Fingers (1978)
Dir.: James Toback
USA



"Fingers" es un clásico perdido de finales de los 70, con poco que envidiar a, por ejemplo, "Taxi Driver". Harvey Keitel, en uno (otro) de los papeles de su vida, es un hombre sorprendente, con una especie de trastorno obsesivo-compulsivo. Pero esto no es "Una mente maravillosa", no es un retrato de un enfermo mental, sino un retrato de un personaje que, además, tiene una enfermedad mental. "Fingers" son contradicciones. Y cosas inesperadas, que chocan con los modelos que hemos asumido después de años de cine. Nadie es un estereotipo, sino que la mayoría tiene una personalidad diferente de la que les atribuiríamos por la cantidad de pelis que hemos visto. Jimmy, el personaje de Keitel, es, como su madre, un pianista. Toca para él, no sabría vivir sin eso. En público, en una audición, todo falla. No se gana la vida con la música. Trabaja para su padre, en un primer vistazo un perdedorzuelo jubilado, podría ser amigo del padre de "Seinfeld", pero que en realidad tiene chanchullos y negocios sucios. Jimmy se ocupa de algunos cobros, con amenazas y esas cosas. ¿Quién lo iba a pensar, después de ver cómo vive el piano, de comprobar que está hecho para eso? Es sexualmente agresivo y eyaculador precoz. ¿Cómo se lo iba uno a imaginar, de un tipo tan sensible? Putea para ayudar a su padre y tiene algo de buen samaritano. A veces es violento, casi siempre razonable. Si en casa llega al éxtasis con la música clásica, por la calle se pasea con una radio con música aparentemente ligera, que le llena igual. Todo esto con naturalidad, nada de sensacionalismos ni de afán de epatar porque sí. "Fingers" es una de esas pelis sin historia, que simplemente describen un personaje. Y es difícil imaginar uno más interesante que Jimmy. Y, encima, cualquiera de los secundarios podría tener su propia peli igual de compleja.


Planos tranquilos, pero con huevos. Unas tonalidades marrones agradables. Da gusto verla. La cámara escupe sutileza, apenas varía; el estilo es uniforme pero, lejos de ser monótono, está lleno de matices. Parece enseñar siempre lo que hay que enseñar en cada momento, sin más ni menos. Sólo se mueve cuando debe, y entonces lo hace con una perfección desbordante. Pequeñas angulaciones. Cosas sugerentes, sin aparente trascendencia, como una niña jugando o unos tipos mirando desde la barra de un bar, no intervienen en la acción, se mantienen en segundo plano, pero no podemos dejar de mirarlas porque Jimmy tampoco puede. Sólo se nos enseña el presente. El pasado no parece existir, sólo una breve escena con su madre, algo incestuosa; y un encuentro con un antiguo profesor de piano. Hay lo que hay, sin más, sin tapujos y sin ensañamiento; aunque se suavizaron algunos diálogos en la postproducción (doblándolos encima) por temor a la MPAA. ¿Qué habría sido de él si su padre no le hubiera llevado por el mal camino? ¿Le habría ido mejor? ¿O lo suyo es bastante normal, una crisis de la mediana edad, que no hace falta ser un loco o un gangster para estar como él? No hay respuestas, como en la vida real; y, como muchas veces en la vida real, las preguntas también son difíciles de aclarar. James Toback, el director, se limita a, como mucho, dar pistas, dejando caer que el sexo es la base de todo. Y, en la ficción, la violencia: un sangriento final es la prueba.

[En España se conoce -poco- como "Melodía para un asesino", o alguna gilipollez parecida]

viernes, 8 de febrero de 2008

ROSE HOBART

IMDb (es difícil describir los créditos)


Rose Hobart era una actriz de segunda en los primeros pasos del cine sonoro. Destinada al olvido al que van las mediocres, Joseph Cornell, uno de los surrealistas americanos más importantes (¡las cajas!), se quedó fascinado por su presencia en una aventurilla exótica llamada "East of Borneo". Llena de los tiempos muertos todavía ecos del mudo, Cornell tuvo una brillante idea: compró una copia y se dedicó a remontarla, eliminando casi todo plano en el que no saliera Hobart. De paso, incrustó momentos de un documental de un eclipse. Así, dejándola en unos 19 minutos, creó el que probablemente sea el primer trabajo de reciclaje de material previamente filmado, inspirado todavía por el readymade, de la historia del cine; y de todos los medios audiovisuales que vinieron. No se limitó a cortar: también lo tintó de azul y redujo la velocidad. Y, el toque que más evidencia su origen surrealista, le puso una banda sonora de música brasileña. Sí, el montaje está roto, la música (chocan palabras sueltas, tan fuera de lugar: "o papagaio"..., "batucada"...) no pega ni a patadas, es difícil ver nada parecido a una coherencia o a un sentido. Después de verla dos veces, descolocado, a la tercera logré penetrar en "Rose Hobart", y descubrí su lógica de sueño. Entendí, de forma no explicable con palabras y no comprensible para quien vea con ojos gordos a tan insustancial muchacha, el magnetismo de Rose Hobart. Cornell logró transmitir lo que le provocaba la pantalla; aunque casi inaccesible, está todo aquí. También disfrutamos del exotismo de aquellas pelis en la jungla, sin la cháchara de aire que nos las aleja tanto hoy. Vemos, como si fuera la primera vez, la vegetación selvática. El corazón da un vuelco cuando Rose Hobart se quita su abrigo, parecería que ella está siempre mirando al hombre que da órdenes tras la cámara. Me hace sentir dentro de un sueño de los que se tienen de niño cuando juega con un mono. Y me abruma la dichosa belleza de las cosas simples, ralentizándola, con una onda en el agua y un pequeño cuenco que se hunde en una copa. Repito: no es fácil, pero todo está ahí. No hay muchos motivos para fiarse de mí, pero escuchad a alguien con más credenciales que yo: es la peli favorita de John Zorn. Y es célebre el exabrupto de Dalí viendo "Rose Hobart" en el MoMA en 1936: "Mi idea para una película es exactamente esa, iba a proponer a alguien que quisiera financiarla para hacerla de verdad. Nunca lo escribí ni se lo conté a nadie, pero es como si me lo hubiera robado [del subconsciente, de los sueños; lo que supuestamente dijo varía según la fuente]".

miércoles, 6 de febrero de 2008

Equivalencia de entrada bloguera al ejercicio cinematográfico y metasocial de MONSTRUOSO

La he visto, y me he quedado igual. Al principio me ha sugerido ideas, que he intuido pero no llegado a ver, ideas que he ido olvidando conforme avanzaba. Pensaba escribir, de hacerlo, porque la he ido olvidando al poco de salir, sobre el error que suponía desaprovechar una cámara de vídeo usándola como si fuera el plano subjetivo de un personaje, y no de la propia cámara. Sobre la falta de un supuesto pretendido realismo, y de tensión. Del descarado product placement de Sephora, Nokia o Mountain Dew que evidencian que todo es una jugarreta comercial, algo eficaz como entretenimiento, del Abrams. De cómo un amor de novela barata distraía las presuntas intenciones terroríficas, de tensión, de acción. Pero en eso que me pongo a hojear blogs y descubro que los de siempre tienen formada una especie de sociedad de iluminados, que ven en "Cloverfield" valores que la convierten casi en una obra radical, definitoria de nuestra época como ninguna otra. Mi curso de pensamiento sigue: creo entender, pero no comparto, los pocos argumentos que entreveo. No puedo dejar de pensar en que esas cosas que se alaban sí, están bien, veo lo que quieres decir, pero no son nada especial que no se haya hecho un poco antes y mejor. Pienso que, por alguna razón que se me escapa, "Monstruoso" ha tenido la suerte de caer en gracia. Sigo el camino, cada vez más intrigado, de intentar desvelar el entuerto, encontrar esa luz que me deje ver lo que sospecho que tengo a oscuras, a un lado. En esto que caigo en El gabinete del Dr Zito, y leo, entre otras lúcidas reflexiones, el párrafo que por fin lo explica todo:

"Así que si hemos de representar el estallido de una plaga mundial, la venida de un Gargantúa lovecraftiano o la resurrección de todos los muertos que en el mundo han sido, la credibilidad del espectáculo será proporcional al grado en el que esa representación se aproxime a lo que esperamos y fantaseamos que suceda: versiones hipertrofiadas del imaginario que poseemos de nuestras propias vidas diarias, fotologs, youtubes, blogs, emails mediante."

El esfuerzo ha valido la pena, ¡soy uno de ellos! La inmensa "Redacted" tenía intenciones parecidas, pero más políticas y metacinematográficas, a su manera, veo ahora, más relativamente "clásicas", verticales de un autor al espectador; pero "Cloverfield" nos trata de igual a igual, es un comentario social desde el epicentro de lo comentado, se alimenta de ello y a la vez lo alimenta. Tengo que aprovechar el momento y uso los comentarios de su blog agradecido, aprovechando para poner mi parte:

"Tengo que decir que lo que dices sobre “Cloverfield” me ha abierto los ojos, es lo que intuía pero no terminaba de reconocer. Es un proceso de identificación con los personajes bastante innovador, nos metemos en su piel al principio no sólo porque viven (más o menos...) como nosotros, en el sentido de compartir el mismo tiempo, la misma conciencia colectiva; sino también porque comparten la visión moderna, entiéndase a través de las nuevas tecnologías, y además son protagonistas de las fantasías de quienes así vivimos.
En el cine me ha dejado algo frío, quizá por ir con expectativas equivocadas. Llego y casa, empiezo a leer, y resulta que casi todos estáis de acuerdo en que es una maravilla y tal y cual. No veía o no compartía los argumentos, hasta que he leído lo tuyo. Eso sí, ahora la encuentro mucho más interesante pero no tan brillante como se dice. De momento, ahora me muero de ganas por verla otra vez...
Borja dijo esto en Miércoles, Febrero 6, 2008 en 9:21 pm"


Sabe a poco. Estoy motivado. Me voy a mi blog: empezaré a contar el proceso por el que la he descubierto, me gusta cómo va quedando y decido que la entrada funciona también como otra extensión de la propia película. Creo que estoy terminando; mientras, veo un YouTube que me mandan por el msn, a trozos, al ritmo de su carga; mientras, mando un SMS gratis contando a la destinataria que acaba de llegarme un SMS suyo vacío, que el móvil me dice que no puede descargarlo. Hoy he borrado una foto del móvil, no he hecho ninguna pero acabo de recordar que anoche estuve compartiendo una en un bar, de una matrícula en la que ponía XDD. Hoy: he actualizado el blog hablando sobre una de mis canciones favoritas de tota la vida, y la he embeddeado para que la escuche quien quiera, a ver si hay suerte y convenzo a alguien. He paseado por el puerto escuchando mp3 en random, alguno insinuado por el Guitar Hero. He visto "Monstruoso" en el cine... Y era un MMS y el teléfono no me lo quiere enseñar.

"Welcome to the Terrordome", Public Enemy



No es casualidad que Public Enemy sean el grupo de rap más apreciado por la gente que suele limitarse a las guitarras fuertes. Su estilo es agresivo, subversivo, caótico, reivindicativo, gamberro; a finales de los 80 hicieron cosas dignas de considerarse reformulaciones del punk. "Fear Of A Black Planet", en 1989, fue su mayor gargajo, hasta el punto de ser considerados "terroristas sónicos". "Welcome to the Terrordome" es el epicentro definitorio del disco: es esquizofrenia, se deja llevar sin ataduras ni convenciones, es libertad creativa, es divertida, da ganas de fiesta y de salir a quemar contenedores, le llena a uno de vitalidad y rabia. Da dolor de cabeza. Es una amalgama imposible de samples negroides (James Brown omnipresente), batidos de la forma más molesta posible. Después de un golpe introductorio de viento funk, una guitarra (de "Psychedelic Shack" de Temptations) se repite circularmente como una sierra. Una breve recopilación de voces avisa de lo que está por venir: "This is a journey into sound". Chuck D entra de improviso y deja las cosas claras: "I got so much trouble on my mind". Habla sobre esto y lo otro, con un dominio apabullante del ritmo interno de la rima. Se mezclan más y más sonidos, el pulso se acelera; empieza el terror: ¿de verdad será así durante 5 minutos? En el estribillo retuercen el "Jungle Boogie". Salta uno, salta el otro, continúa la catarata de sonidos y scratches. Rompen la estructura una y otra vez, siguen yendo y viniendo, la locura es imparable. Por si acaso, recuerda el motivo de todo: "'cause it's coming from the heart". "Never move alone", y Flavor Flav suelta una sarta de payasadas y nos deja con la palabra en la boca con un "boingggg" que acaba con el estado paranoide en el que nos han metido. Hijosdeputa. Bien cerca estuvieron de derrumbar la civilización occidental.

lunes, 4 de febrero de 2008

Goyas: Comentario sin interés sobre un tema sin interés

Los premios, sobre todo los culturales, para cualquier persona sana mental y físicamente, son una santa chorrada. Evidencia: obedecen a intereses económicos o, con suerte, a opiniones mayoritarias adocenadas. Estas opiniones, además, no tienen por qué ser sinceras, sino que las supongo bastante condicionadas por su entorno. O sea: voy a votar a "El paciente inglés" porque es una peli que es muy de ganar un Oscar, digo yo que será lo que tengo que votar; piensa el miembro académico. Y llegamos a la palabra clave: académico. Casi nunca gana, apenas se nomina, nada que no se haya visto ya antes. Los productos son sucedáneos, a veces precreados con un ojo puesto precisamente en estas candidaturas, para explotarlas después comercialmente. En el caso de los Goya españoles, hasta los propios premios son un sucedáneo que parecer querer imitar a los Oscar, con un supuesto glamour, galas y demás, de espíritu tirando a provinciano, poco conscientemente. Lo de "Mar adentro" de hace un par de años puso sobre el tapete, para quien no la hubiera descubierto aún, la ridiculez del asunto. Pero hete aquí que este año ha habido algo digno de mención, aunque sea poca. Las dos favoritas, "El orfanato" y "Las trece rosas", que prejuzgo exponentes del cine más comercial, hecho a imagen y semejanza de productos americanos académicos sin ideas, pero valoradas por ser "de aquí", "buen cine" y no "esa mierda yanqui", siendo en esencia esa misma mierda pero encima queriendo mirarla por encima del hombro; esas dos favoritas, decía, se han visto vencidas en los dos premios más importantes, peli y director, por "La soledad". Que es, sin que sirva de precedente, la peli más interesante (no necesariamente la mejor, esa sería "[REC]") de las aquí hechas el año pasado. Y esto, además, llega en un momento en el que los bajos fondos, perdón, foros, reivindican una especie de "nueva ola" del cine español, influenciada por el cine asiático festivalero, Bresson, etc., con mejores o peores resultados pero con al menos un afán de intentar algo diferente. ¿Habrá sido el premiar a "La soledad" una extensión de estas sensaciones, de que realmente algo se mueve y hay que motivarlo? ¿O habrá sido una reacción de los miembros de la Academia contra ellos mismos, avergonzados al fin? ¿O sólo han votado lo que creían que les haría parecer más molones, vistas las reacciones progresivamente peores y más críticas, después de arranques positivos, que han despertado las dos favoritas, como si se hubiera descubierto ahora por más gente que, efectivamente, no eran las maravillas de cine europeo que todos vendían sino nada más que pelis comerciales? ¿O simplemente es que no querían que ganara una de terror, ¡qué vergüenza!, u otra de la guerra civil, ésta por los motivos que fuera? ¡Los fotogrameros se habrán quedado con un palmo de narices! Sea por lo que sea, la prensa, claro, no se ha enterado de nada, intentan hablar de ello desde los convencionalismos más cómodos que ya conocen, y dicen de "La soledad" que es una peli "sencilla, que habla de emociones, de la historia de cinco mujeres". En realidad, es un experimento formal relativamente radical, austero y frío, quizá no tan perfecto como se pretende, pero aplaudible. Y es que es el único premio reseñable de los últimos años, más por humillación de otra cosa que por reconocimiento merecido; otro sería el de "El viaje de Chihiro" en Berlín, un hito que dejó con el culo al aire a los críticos españoles mayoritarios, como merecían, que quedaron en evidencia por no haber ido a ver "una de dibujitos"; y también destacable el premio, tal vez más político que otra cosa, al mucho más maldito de lo que podría parecer Brian De Palma en Venecia por "Redacted". Pero los festivales son otro tema, porque allí elige un jurado pequeño, cada uno de su padre y de su madre, en el que suelen primar las opiniones personales más que el sentir mayoritario, sea de opinión propia o influencia de la del gremio, de los premios académicos.


Aprovecho y rescato las dos cositas que escribí de "La soledad":
Aunque emocionalmente fría, salvo el final, y algo reiterativa, su uso y descripción del tiempo y, sobre todo, del espacio, gracias a las pantallas partidas, son un regalo para los que gustamos de experimentos formales. Original, y hasta necesaria en este país.

sábado, 2 de febrero de 2008

The Pussy Pound


Además de los majetísimos trailers adyacentes oficiales, "Grindhouse" tuvo en su presentación festivalera en Canadá alguno más salido de la mente del fan sin poder adquisitivo. "The Pussy Pound" es un pequeño e inesperado placer, con un gran conocimiento (y respeto) del exploit setentero, del descubierto a través de centenares de copias piratas dobladas malamente al inglés, o películas en formato moderno con excelente calidad de imagen y voces sobregrabadas con faringitis.


Además de la imitación tanto de los sucios originales, de secuestro y tortura machista y violenta revancha feminista, como de las reinterpretaciones de Tarantino y Rodriguez, tiene el encanto único y no fotocopiable del verdadero amateurismo. De esa gente que, como Jim Van Bebber aunque con sólo un pequeño porcentaje de su talento, se pasó los 80 y los 90 grabando con cámaras de vídeo en ciudades industriales, pagando a sus amigos con porros y cerveza, y editando, de hacerlo, en sus propios sellos. Vagrancy Films, los activistas de género (cinematográfico) detrás de "The Pussy Pound", convencieron también a un par de amigas con gusto a ir en cueros, a las que les dieron unas recortadas, unas camisetas de tirantes y unas braguitas de punto. "The Pussy Pound" tiene tantas cosas tan molonas en tan poco tiempo que prefiero no resumir y que cada uno se lo encuentre como deba. Yo me topé con el trailer como fake intentando bajar los de verdad, y la sorpresa fue de lo más agradable; supera a la misma "Planet Terror" porque, aunque fueran unos 100 minutos aprovechados, aquella no tenía demasiada autenticidad al trabajar con un presupuesto relativamente holgado, y no supo transmitir la sinceridad del amor por lo quinqui por las muchas limitaciones de Rodriguez. Este trailer es una pequeñez de las que dan buen nombre a las pequeñeces. Una peli completa está en cocina, tal vez vea la luz algún día, aunque dudo que salga tan bien. En su myspace buscan chicas; si alguna vive por London, Ontario, y se anima, puede apuntarse por allí. La versión censurada:



La versión sin barritas negras en puntos estratégicos la he subido aquí, y está deseando ser descargada.