miércoles, 14 de noviembre de 2007

All the rage (have a nice life, CD)

Hasta hace pocos meses, yo era un defensor firme del CD; o, digamos, del disco en soporte físico en general. El mp3 es un invento definitivo, un enviado del paraíso, pero con él llega el problema de la sobreinformación. Podemos descargar, y de hecho descargamos, mucha más música de la que podemos humanamente asimilar, o siquiera escuchar. Gracias al mp3 todos hemos hecho descubrimientos fundamentales para nuestra vida, imposibles por otros accesos; y a pesar de este desbordamiento de oferta, los discos/canciones que tienen que convertirse en importantes para uno, se hacen hueco. Pero, aun con todas estas ventajas, yo seguía defendiendo el CD por dos razones. La primera, la calidad de sonido: es cierto que de 192k para arriba es prácticamente igual, pero cuando uno acostumbra el oído (o se enfrenta a malos ripeos) se notan las diferencias. La segunda, y más importante, es que al centrarse uno en el CD se limita la música disponible: el dinero está justito y con él sólo se pueden comprar una determinada cantidad de CDs. Y así se pueden exprimir mucho más, más cerca del "como en los viejos tiempos" de aquellas cinco cintas que teníamos grabadas en el instituto de las que conocíamos cada error, que del horror vacui al que nos somete la infinitud del mp3.


Ya entonces, a pesar de tener esta posición teórica, en la práctica me dividía entre los dos formatos. En el fondo, ni se escuchan hasta la extenuación todos los CDs comprados, ni todos los mp3 que bajamos suenan de ambiente una sola vez sin que les prestemos atención porque ¡no hay tiempo, hay demasiado para escuchar! Pero todas mis dudas se disiparon cuando hace unos meses me decidí a comprar un mp3. Ya tenía un discman que lo leía, pero ni de lejos es lo mismo. Las semanas avanzaban y cada vez me parecían más inútiles los CDs, engorrosos. El punto de inflexión definitivo llega cuando empiezo a pasar a mp3 los discos originales. Y en estos momentos veo innecesario, salvo que sólo tengas posibilidad de escuchar en ese formato (en el coche, por ejemplo), el CD en general y comprar discos originales en particular. Claro, con esto doy la razón a los activistas (?) antipiratería. ¡Internet lleva a la debacle de la industria! ¡Mentira! O mejor: ¡verdad! Al fin de una industria rancia y abusona, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos como sí hacen los sellos pequeños, o ya los grupos independientes de todo, que proliferan junto a las salas de conciertos llevando la música, entendida como medio de expresión y no como negocio, a unas cimas envidiables. ¿Que los nuevos artistas lo tendrán difícil para vivir de esto? Claro, pero ¿no lo tenían antes? La situación económica será parecida para ellos, sólo que el dinero ahora les vendrá de los conciertos, directamente, y no de pequeños porcentajes de la venta de sus discos, gestionada por las discográficas. Y, aunque fuera cierto que nadie pudiera ganarse ya la vida con esto, ¿acaso no es mucho mejor la posibilidad de que cualquiera, gracias también a los estudios caseros, pueda grabar y transmitir sus ideas a quien tenga los santos cojones de escucharlas? Eso es la democratización de la creación. El hecho de que los grupos/artistas no pudieran tener plena dedicación por no poder hacer el suficiente dinero para vivir de su música no sería tan grave; primero porque la mayoría de los grupos dan lo mejor de su talento al principio de su carrera y luego se acomodan o dan tumbos; y, aun así, quien sintiera la necesidad podría seguir haciendo música durante tantos años como le saliera del papo o tuviera un ordenador.


Todo este rollo venía para promocionar una playlist de mp3 que me he montado, y que supone un cambio porque es la primera vez que hago un mixCD en un formato diferente al CD, que no se graba físicamente en ninguna parte para hacer constancia. Un cambio tan grande como cuando abandoné el cassette para tal menester. La playlist en cuestión, primera de su raza en mi casa, es "All the rage", 46:42 minutos de música de sábado por la mañana, de canciones dinámicas y juguetonas, voces entremezcladas de chicos y chicas, palmas (el mejor instrumento) y variaciones más o menos duras sobre el tema del indie-pop en general, en las cercanías del twee-pop y en algún tema en los límite del noise-rock, siempre con espíritu libre. Todo para gente sin prejuicios, claro. Se puede bajar aquí, y como muestra representativa de lo que se puede encontrar os dejo el vídeo de la primera canción, que todo el mundo entre 20 y 30 años tendría que ver por su concentración de intereses para tales edades, desde mozas y mozos bien parecidos a pinturas, colorines o mutilaciones de broma:



Y el tracklist (insisto, puede bajarse aquí, son 63MB a 192k):

1. The Royal We - All The Rage (2:58)
2. Tilly And The Wall - Fell Down The Stairs (2:18)
3. The Grates - Science Is Golden (2:57)
4. The Monsoon Bassoon - The Very Best of Badluck '97 (3:26)
5. Cornelius - I Hate Hate (1:42)
6. Eugene McGuinness - Monsters Under The Bed (2:14)
7. The Fiery Furnaces - Here Comes The Summer (3:30)
8. Palomar - Up! (3:25)
9. Mates Of State - A Duel Will Settle This (3:41)
10. The Boy Least Likely To - Be Gentle With Me (3:46)
11. Suburban Kids With Biblical Names - Rent A Wreck (2:54)
12. Bunnygrunt - Party Boy (1:08)
13. Enon - Natural Disasters (2:47)
14. Babyshambles - Fuck Forever (4:37)
15. Rilo Kiley - Wires And Waves (3:18)
16. Zombina & The Skeletones - Braindead (2:01)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me encanta también el formato "físico": dispongo de una buena colección de vinilos y también de cd's. Es cierto que el mp3 es mucho más cómodo y que esa comodidad te aleja de las tiendas de discos y te acerca más al p2p...
Sin embargo, al menos en mi caso, empezar a bajar cosas de la red fue consecuencia de la gran abundancia de basura que circula por ahí: un buen día me cansé de comprarme un disco y que sólo un tema mereciese la pena, me cansé de entrar a las tiendas y apostar al tiro fijo porque tenía serias probabilidades de comprar basura, eché de menos también la desaparición de la cultura del single... vamos, que con la victoria de la cantidad frente a la calidad me incliné por el p2p. La conclusión que saco de esto es que no sólo tiene la culpa internet sino que las bandas tienen gran parte de culpa también, por emplear más fuerzas en lloriquear que en elaborar un trabajo en el que merezca la pena gastarse lo que cuesta el cd.
Saludos.

Borja dijo...

lebon: La cantidad viene a ser lo principal del mp3. Al principio, la utilidad que se le veía sobre todo era la de ver si tal disco merecía la pena de verdad, y entonces se compraba. Yo, y me consta que muchos otros que conozco, he hecho eso; aunque ahora ya digo, que no le veo el sentido al formato físico. El mp3 tiene sus ventajas y sus desventajas, simplemente es una forma diferente de escuchar y conocer música: no se profundiza tanto, pero a cambio puedes encontrar lo que buscas de forma mucho más ajustada.

Y lo que dices de los grupos es muy cierto, aunque cada vez hay más grupos que nacen ya directamente fuera del formato físico, y se centran en la música (o sus alrededores) y en darla a conocer.

Anónimo dijo...

hombre....eso que dices que los grupos ganaran dinero con los conciertos, yo que toco y he tocado en un infrabanda de la seccion harcoretil, te digo que los cds y discos siempre han sido un apoyo fundamental cuando sales a tocar por ahi para no perder dinero porque el "beneficio" de un concierto suele ser minimo, minimo
pero bueno se pueen seguir vendiendo camisetas..
a mi personalmente, tengo un reproductor mp3 y me bajo cosas pero sigo comprando cds(baratos eso si)llamadme antiguo.