La Terza Madre (2007)
Dir.: Dario Argento
Italia / USA
La película más esperada desde que se extinguieron los dinosaurios por los fans del cine de terror, junto con la cuarta parte de "Evil Dead", ya existe. La tercera parte de la trilogía de las Madres de Dario Argento. Para el no iniciado: las dos primeras, "Suspiria" (1977) e "Inferno" (1980), son dos de las muestras más recargadas, extasiantes y paralizantes que ha dado el género. Lugares comunes incapaces de transmitir la experiencia que suponen. Otro lugar común es que Dario Argento está en caída libre desde finales de los 80. Pero desde entonces, además de sus peores trabajos, ha hecho su peli probablemente más personal ("El síndrome de Stendhal"), la espectacular set-piece inicial de un asesinato de 20 minutos en "Insomnio", explicitudes rojo profundo en "Pelts", mal rollo sexual que le desconocíamos en la más bien mediocre "Jenifer"... todo eso y un giro progresivo de su sentido visual de artificiero hacia el funcional telefilm. Eso, y que el guaperas de Dario se ha convertido en un viejo verde.
La respuesta a la pregunta que todos nos hacemos: ¿pero "La Terza Madre" cumple o no? Sí, y no. Da todo lo que se le puede pedir al Argento del 2007, y algo más, pero no lo que nos daba el Argento de 1980. Es una película anacrónica, salida de otra época. De cuál, no lo sé. ¿Son descartes del Ken Russell de los 70? ¿Páginas sueltas de un cuaderno de notas que Argento llevaba en la época en que hizo "Phenomena"? ¿Una recopilación de tres capítulos no emitidos de "Embrujadas"? Su excentricidad es tal que camina sobre la fina línea del sentido de la maravilla y el del ridículo. Incluso se espera que salga en cualquier momento Udo Kier diciendo cuatro tonterías en una escena para justificar la coproducción. ¡Espera! ¡Si sale! Es una peli imposible de hacer hoy día que, sin embargo, se ha hecho. ¿Cómo tiene alguien, a estas alturas, los santos y aplaudibles cojones de hacer una peli de brujas malas y buenas, sectas de mujeres siliconadas, fantasmas consejeros, matones from hell, truquitos de magia ancestral (los jueguecitos de invisibilidad merecen levantarse y aplaudir) ...? La misma persona que saca veinte primeros planos de un mono con cara de mala hostia, o lo hace bajar por una cuerda. Sí, el mono baja por una cuerda en plan Geo, el mono asusta y salta. Y casi da risa, pero no: gana el poder de su símbolo y da miedo. ¿Pero qué ha hecho Dario Argento? No creo que ni él lo sepa. Así lo demuestra la descontextualización que uno ve en muchas escenas, especialmente en las postalitas del caos que causa el Mal traído por la llegada de la Mater Lacrimorum. "La Terza Madre" es un atropellado batiburrillo preapocalíptico, que hace un uso tan inconsciente y tontorrón como eficaz de la superstición rúnica. Dario Argento ha hecho lo que tenía que hacer: no cortarse. Ha dado rienda suelta a su imaginación de infantil crueldad que seguramente ni él recordaba tener. El ritmo decidida, y literalmente, infernal, es tan atropellado que, en conjunción con el estilo, podría pasar por una miniserie de dos capítulos de hora y media cada uno resumidos en 97 minutos. Ese ritmo, ese estilo y ese montón de chorradas sin pudor tornadas genialidades (o no) por el simple hecho de existir, podrían ser también un anime finisecular trasladado a imagen real.
¿Y el estilo? Ese fue su principal rasgo, podría decirse que lo único que sabía hacer; su atenuación (muy relativa) desnuda a Argento, magnificando sus defectos pero, también, permitiendo apreciarle otras virtudes. La fotografía y los colores irreales y dolorosos de las dos primeras partes ya no están. Pero, aun así, la peli tiene un tono cromático propio, más sutil y menos espectacular, lleno de sombras, que se intuye pensado y trabajado para la historia del fin de los tiempos, la llegada de "la era de las brujas", que se está contando. La cámara, antaño ojos de Argento, se limita aquí a cumplir. En los últimos años se podría decir que ha ido alejándose del manierismo en los movimientos y acercándose a una concepción más al estilo Romero, menos evidente, pero más centrada en trabajar el tono. Cada vez más pictórica y menos cinematográfica; y no es que antes no lo fuera, la pintura siempre ha sido influencia importante para él y otros italianos estetas del género. El problema es que Argento, aunque duela reconocerlo, no es un hombre especialmente inteligente, al menos no tanto como a veces él parece creer; y las cosas le salen mejor, con más autenticidad mezclada con un poco de garrulismo, cuando se deja llevar que cuando las piensa. En este paseo por la sobriedad formal (insisto: muy relativa) se acerca más a la factura televisiva, impersonal, que a la narración más depurada que a lo mejor ha pretendido estos últimos años. Y el haber trabajado varias veces para la tele recientemente no le ha ayudado en esto: hasta puede apreciarse algún corte que podría ser para publicidad en la estructura algo episódica, como de entre bloques de anuncios, de "La Terza Madre". Asia Argento, por mucha jamoneidad que posea, parece más una actriz de serie que otra cosa; además, parece que su cima de belleza y misterio ha pasado ya, no transmite bajos deseos, aunque puede que sea porque el personaje exigía cierta fealdad, o porque se autocontrolaba sin darse cuenta la lascivia delante de su padre. Quien, por cierto, la recorre breve e incestuosamente en una escenita de ducha. En conjunto, "La Terza Madre" es tan loca como sus antecesoras, más si cabe por el momento cinematográfico más conformista, tanto mundial, como local en Italia, como en la cabeza de Dario Argento. Es una peli muy imperfecta, algo gañana, apresurada; pero muy disfrutable en su valiente inconsciencia, probablemente más en un segundo visionado, probablemente menos a partir del cuarto.
martes, 29 de enero de 2008
LA TERZA MADRE
miércoles, 23 de enero de 2008
CHOSES SECRÈTES
Choses Secrètes (2002)
Dir.: Jean-Paul Brisseau
Francia
¿Una sexploitation gabacha, sin más? No. ¿O sí? "Choses Secrètes" desconcierta. Primero lo que hay: una camarera de un bar de striptease tiene como ejemplo a seguir a la estrella desnudista del local. Las echan y se van a vivir juntas, y se lo montan. En su casa, en el metro o en la calle. La ex-stripper sabe mucho de la vida y, con dos trucos mal contados, se aprovecha de los hombres para trepar laboralmente en una empresa de ejecutivos. Allí todos juegan un poco con todos, se rompe algún corazón inesperadamente, se insinúan incestos, tríos, y el lío acaba en una orgía claramente deudora de "Eyes Wide Shut". Para rematar, aparece la Muerte en persona con un águila. Todo parece indicar que es una cochinadita elegante directa a vídeo: fotografía cálida, chicas frescas, trama y diálogos de culebrón, falso feminismo. Pero "Cahiers du Cinèma" la elige la mejor peli del 2002. ¿Ein? Ni mucho menos su palabra es ley, pero tiene que haber algo más, o se han tenido que inventar algo. ¿Hora de buscar el subtexto? ¿O es un caso de: lo que ves es lo que hay, pero de tan visto no lo vemos? Hipótesis, propias o leídas:
a) Es una alegoría marxista en la que se demuestra que el sistema capitalista no se diferencia en nada de la prostitución.
b) Es una reflexión sobre las imágenes. La vida imita al cine, y las muchachas se ponen a hacer guarradas rebuscadas porque es lo que han aprendido de las pelis, porque así tienen que actuar las que quieren ser triunfadoras.
c) Es una fantasía sexual misógina del director. Lo cierto es que las casualidades no están mucho más trabajadas que en una peli porno, y los momentos cerdetes son tirando a gratuitos y se imponen al guión. Parece que Brisseau obligaba a las chicas que se presentaron al casting a masturbarse delante de la cámara (y de él), argumento a favor de que el tío es un viejo verde, el Vicente Aranda de Francia. [gesto de escalofrío]
d) Es una sátira cínica, del cine erótico, también de las tretas mujeriles para ascender y de los hombres que se dejan usar, y de cómo se explota esto en el cine, además de una efectiva y juguetona peli de todos esos subgéneros.
Las dos primeras apestan a pajas mentales. ¿Por qué aquí sí, y no en tantos otros softcores, no ya actuales, sino incluso de los años 70? Jess Franco tenía su buen punto de autoconsciencia. ¿No es una clara muestra de cómo montar un hype porque cierta obra haya caído en gracia, y luego tratando de justificarlo y convencernos, a base de crear argumentos de la nada, que no existen en la película? Por supuesto, una de las grandezas de la teoría del autor es que cada obra puede interpretarse y entenderse mucho mejor poniéndola en perspectiva, con el resto de su obra y con las declaraciones del propio director. Es una forma lícita de paja mental y de añadir cosas que no se ven pero que es probable que estén en las intenciones. Yo mismo lo practico a fondo con Brian De Palma, entre otros. Pero es que, aunque esas teorías fueran ciertas, no sólo no serían positivas, sino que harían caer a "Choses Secrètes" del lado de la intelectualidad más vulgar y vista. Yo tiraría por la d), porque al menos permite divertirse viendo el espectáculo. Y así se puede montar un estupendo programa triple con "Juegos Salvajes" y "Showgirls". Y no elimina la opción de pensar la película, permitiendo que funcione con efectividad en al menos dos niveles (entretenimiento erótico e intelectual; el segundo no me lo invento, Brisseau incita a ello al espectador atento) y aumentando el potencial de un segundo visionado.
It's not funny, my blog is on fire
Ayer tuvo lugar un sorprendente suceso meteorólogico, y es que este su humilde blog tuvo mucho más del doble de visitas de lo habitual. Se estableció un nuevo record de paseantes, nada espectacular, pero que superó con bastante el anterior, de hace un año. No consigo saber la causa. No tuvo que ver con que ayer actualizara dos veces, porque el despiporre empezó antes. Si alguien tiene alguna pista de si se ha enlazado o recomendado Trueque Mental, o si es que lo han prohibido en la China y lo han contado en un suplemento cultural, o ha recibido parabienes en la Cope... que lo diga, que hay curiosidad. Sólo curiosidad.
martes, 22 de enero de 2008
ZOO
Zoo (2007)
Dir.: Robinson Devor
USA
Pues sí, incluso a alguien tan curtido como yo hay cosas, tabúes, que le revuelven el estómago. Anoche descubrí, viendo "Zoo", que la zoofilia es una de ellas. Ya no puedo ni pensar en esta peli sin que se me ponga cara de haber olido un pedo, como cuando te vuelves a topar con una botella de un licor que te causó una borrachera terminal. "Zoo" es una extraña mezcla de documental y recreación de hechos reales. Los hechos: una comunidad de zoófilos se conocieron por internet, montaron una granja para facilitar contactos sexuales de sus simpatizantes con caballos, y uno de ellos, conocido como Mr. Hands, terminó muriendo después de que un excelente ejemplar de semental árabe le desgarrara las entrañas por unas embestidas de más. Los personajes son interpretados por actores (excepto un tal "Coyote", que hace de sí mismo), pero las voces que lo narran son las de los verdaderos implicados. Lo raro de todo esto es la elección estética de la peli: lejos del sensacionalismo feísta, asistimos a un festival de imágenes de terciopelo, recubiertas de una música preciosa a lo John Williams, gente que habla suave y pausadamente, y una cámara que parece flotar, aumentando la sensación de lejanía de todo el tinglado. Bien lejos que está todo esto de una persona urbana normal. Apenas hay detalles morbosos, aunque en cierto momento aparecen los padres del finado viendo un vídeo real de su hijo en acción, y se entrevé durante unos instantes lo que pasa en la pantalla. Se entrevé un poco demasiado.
En el fondo, lo que me ha impactado no es tanto el tema de la parafilia sino el hecho de que sea verdadero. En ficción tengo unas tragaderas importantes, poco me escandaliza ya; pero la sensibilidad a lo real la tengo a flor de piel. Supongo que es una prueba de que aún conservo cordura. Pero el peliagudo camino que recorre "Zoo" podría ser tramposo, desorienta la elegancia y pausa con que se trata todo, el enfoque inequívocamente poético, y no se sabe si es una inmensa broma conceptual de humor negro del director, o un intento sincero de que intentamos entender el peculiar sentido romántico, parecido al de Troy McClure, de estos pobres diablos. Uno de ellos llega a decir que quieren a los caballos como se quiere a una esposa o a otro miembro de la familia; y sabemos que no se refiere a la forma en que se quiere a un perrito adorable. Si es que no puedo ni mirar el increíble cartel. Ay, qué mal cuerpo todo esto. Mis disculpas por tener que contarlo.
REGRESO AL PUNK
lunes, 21 de enero de 2008
RAMPO NOIR
Rampo Jigoku (2005)
Dir.: Un puñadico
Japón
"Rampo Noir" es una recopilación de cuatro minipelis basadas en relatos de Edogawa Rampo; como dice el tópico, con bastante acierto, el Poe japonés. De forma representativa, giran alrededor de la locura y el sexo enfermizo. Como casi todas las obras colectivas, algo irregular; pero hay una unidad muy macabra y fascinante en el conjunto, propia de los juegos radicales de los nipones. Una por una, por números que no me sé los títulos:1) Abstracto alimento de gourmet para los sentidos. Dura menos de 10 minutos, y la historia es sólo sugerida, una mezcla de hermafroditismo, violencia de género y onirismo. Las imágenes desbordan pureza: un irreal paisaje verde con una laguna perfecta, una violenta pelea/polvo a cámara lenta/rápida. Claridad de fotografía de alta definición, ausencia de cualquier sonido que aísla y absorbe al espectador, un crescendo de ruido blanco que amenaza con alejar de la cordura. A mí me dio taquicardia, causa física = efecto físico.
2) Akio Jissoji, perro viejo ("Mujo"). De un espejo que funde las cabezas de quien se contempla en él va esto, historieta en principio algo vulgar, después con resonancias de Da Vinci y un giro metafísico, pero montada con un barroquismo virtuoso en la composición de planos imposibles, inagotables y constantes, juegos de espejos y efectos visuales (¡hay fractales!) que funden también el cerebro del que se esfuerza intentando comprenderlos. No falta la escenita de sexo oscuro, con su bondage asiático y un montón de cera caliente; instructiva entre otras cosas, ¿quién iba a pensar que las velas también podían derramarse sobre lenguas? Como la primera "historia", una experiencia estética de primer orden.
3) Hisayasu Sato, también perro viejo, el gran representante oriental de la Nueva Carne ("Naked Blood", "The Bedroom"), el Cronenberg japonés, un director que sólo podría haber salido de ese país y que disfruta (o mejor: no lo hace) regodeándose en lo extremo, y escamoteando toda explicación al espectador. Sus pelis son obsesivas y herméticas, tan estimulantes como fallidas. Esta se llama "Oruga", y trata sobre una moza de buen ver que tiene un marido con las piernas amputadas y la cara hecha un cristo, más bien mudo y babeante. Le hace de todo, depravaciones crueles y sexo incómodo, y él se deja hacer; en unos planos como del futuro vemos lo que pasa por la cabeza del pobre hombre escrito en la pantalla: "¿Quién me está despellejando? ¡Basta, basta!". No es para menos, en vez de leche suelta sangre por un pezón y su esposa diligente bien la lame. El lisiado al final se anima y la satisface. La cosa empieza en Guatemala y acaba en Guatepeor, en unos escenarios que terminan en el mundo de los sueños.
4) Ésta básicamente es la que sobraba. Un cuento de necrofilia y/o amor después de la muerte (a los que el melenudo misterioso Tadanobu Asano, actor central de tres de las historias, es aficionado, como en "Vital" de Tsukamoto), inocentón comparado con lo que venía antes. Podía haber sido una curiosidad de 15 minutos, pero se alarga y no va a ninguna parte, y su única razón de existir parece la imaginería kitsch de determinada (y repetida) escena, en la que el viudo decora el cadáver de su amada en un curioso decorado de estudio fotográfico. Es verdad, esa imagen mola; el resto, nada que no se haya visto ya. Parece una peli coreana.
jueves, 17 de enero de 2008
SOMEWHERE IN THE NIGHT
1946
Dir.: Joseph L. Mankiewicz
USA
Ah, Mankiewicz, cuánto daño has hecho. Sobre todo a la cinefilia española, que adoran su "Eva al desnudo" como tótem mítico poseedor de todas, todas las virtudes, ejemplo a seguir y modelo a semejanza del cual valorar. El hombre era un gran guionista, pero como director era a menudo simplemente funcional: ritmo empantanado en el ritmo, estatismo propio de la escena y las tablas y no de la imagen en movimiento grabada, curiosas estructuras narrativas lastradas por abuso del flashback... O sea, un tipo que se limitaba a hacer plano tras plano, demasiado deudor del teatro, casi olvidando el sentido visual único del cine. Y eso ha dejado huella en este país academicista y culturalmente conformista y nostálgico: pocos directores autóctonos le dan importancia a la imagen, al estilo, se limitan a rodar. Son mayoría los críticos y espectadores que consideran imprescindible un buen guión, diálogos y personajes, características necesarias, superiores a cualquier otra, para considerar digna a una peli, obligando a que las pelis transiten en mundos de literatura la mayoría de las veces de baratija, y no en los universos de imagen que son parte central, atributo definitorio del cine. Los mejores momentos de Mankiewicz son, precisamente, cuando aprovecha y entiende el medio y se distancia de la descarada teatralidad de casi toda su obra: el épico discurso de Marlon Brando en "Julio César", el final de "De repente, el último verano", o la exploración y explotación del espacio con la cámara de "La huella".
"Somewhere in the night" es una de sus pelis más cinematográficas, algo que suena a tautología pero que, por desgracia, no lo es. Un hombre despierta en un hospital militar, y vemos a través de sus vendas, experimentando su desconcierto. Poco a poco se descubre: es amnésico. No sabe quién es, qué hace ahí, qué va a hacer ahora. Cuando se recupera se pone en movimiento, va tirando del hilo y... El resultado es una serie B que engancha, precursora directa del estilo negro autoconsciente y comiquero (de novelita) de "El beso mortal", con todas las constantes del film noir a medida no de la película, sino del espectador y la maximización del entretenimiento y el misterio. Personajes excéntricos que se cruzan por en medio, cosas que son lo contrario de lo que aparentan, sordideces disimuladas, trapos sucios a mansalva, ambigüedades morales (en este caso, más ambiguas todavía por el hecho de que el prota no sabe nada de nada). Un gustito, vamos.
miércoles, 9 de enero de 2008
Las películas del 2007
Ya no tiene mucho sentido hacer una lista de los estrenos anuales; no son pocas las que llegan tarde y, para cuando las ponen en alguna sala, ya nos las sabemos de memoria. Tampoco son menos las que, sencillamente, nunca llegan. Así que, para mi top anual, voy a limitar las pelis que puedan entrar a las estrenadas en España en 2007 (también cuentan festivales) producidas este mismo año o el anterior. O sea, nada del 2005, eso ya es viejo, por lo que se quedan fuera cosas interesantes como "El fin de la inocencia", "Wolf Creek" o "Edmond", cuando no directamente geniales como "Last days". Además, también entran las pelis de este mismo año que he podido ver aunque no hayan sido estrenadas en España, aunque de éstas hay poquitas: los estrenos siguen siendo la principal fuente de material. Este año, a nivel personal, queda marcado como el que he ido menos al cine; no por culpa de la "piratería", sino por las propias salas, pero ese es un tema que merecerá otro post. No por ello he visto menos pelis, claro. Los grandes se han portado la mar de bien: Lynch y Tarantino reivindican con hechos su merecido estatus, mientras que De Palma y Cronenberg vuelven a demostrar de lo que son capaces después de, ambos, una peli anterior irregular. Se agradece el retorno de Verhoeven después de 6 años de silencia, mientras que Eastwood decepciona, ¿tal vez empieza a sentir el peso de la responsabilidad ante el reconocimiento masivo?
Pero al lío. Héte aquí las mejores, no mis favoritas, sino las mejores, películas del 2007:




Otras interesantes: "Juegos Secretos" (un drama sobre infidelidades con un toque esperpéntico la mar de majo, y con un pederasta que cambia el significado de los personajes), "300" (pena que el montaje sea cobarde y vuelva a las escenas -inventadas- de la ciudad, quitándole gran parte de la intensidad que aun así consigue), "Zodiac", "Idiocracia"...
Normalmente consigo evitarlas, pero todos los años se me cuela alguna mierda. Entre lo peor del año:
1. Moscow Zero - Ésta solamente la vi para comprobar si era tan mala como decían. Sí. Tal vez peor.
2. La Cosecha - Un truño, con una ineptitud importante a la hora de contar la historia, confusa y fea. Pena que Hilary Swank no sepa elegir sus trabajos.
3. Pathfinder (El Guía Del Desfiladero) - Una decepción, esperaba algo brutal y primario, y es un aburrido, incomprensible, alargado videoclip. Adiós, Nispel.
4. Bosque De Sombras - Un repetitivo remake de "Perros de paja", con cuatro trucos visuales que quieren pasar por estilo. Un rollo, con una seriedad impostada y bastante cansina.
5. Cartas Desde Iwo Jima - Rancia, tópica, aburrida y occidentalizada, con un vergonzante guión y un Clint Eastwood que parece un juguete en manos de Spielberg. Su peor peli. Da interés a la algo fallida estructura de "Banderas de nuestros padres".
Otros churros: "La vida de los otros" (oda al academicismo inane), "Los abandonados" (fallida, aunque Cerdà sigue siendo promesa), "La Jungla 4.0" (de ésta dije un par de cosas)...

-Laura Dern mendigando en "Inland Empire", y de pronto se descubre el pastel... Una de las mejores escenas que he visto en mi vida. Puto cine. Es esto.
-El pedófilo se da un baño en "Juegos Secretos", asustando a todas las mamás en una terrorífica y brillante parodia de "Tiburón".
-En "Death Proof" hay para dar y tomar, pero nada como el punto de inflexión.
-La llegada del héroe corredor a la ciudad en "Apocalypto", el gran momento de la dark fantasy en los últimos años.
-El penúltimo refugio de "[Rec]", con el corazón en la boca ante lo que viene por las escaleras y se queda al otro lado de la mirilla.
-La búsqueda onírica del orgasmo en "Shortbus".
-La descarnada pelea en las duchas de "Promesas Del Este".
-El fantasmagórico asalto nocturno al tren en "El asesinato de Jesse James".
Y la miscelánea, la salsa:
Mejor final - Death Proof: Desmitificador y que demuestra el espíritu humilde con el que está hecha.
Mejor momento gore - El Retorno De Los Malditos: Manipulación intracraneal.
Mejor escena de sexo - Las posturitas del arranque de "Shortbus". Y en "Juegos Secretos" también hay un buen calentón.
Momento Clive Barker - El ogro de "300".
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lunes, 7 de enero de 2008
La música del 2007 (con CD incluido)
Cada vez hay menos guitarras entre las selecciones de lo mejor del año. La música de guitarras, en general, y con todo la que la adoro, empieza a ser cosa de otra época. Como decían en el capítulo del Guitar Hero de "South Park": "Real guitars are for old people". Poco queda ya por inventar en ese mundo, son todo sucedáneos, grupos que imitan o que se parecen a otros anteriores, que a su vez probablemente también fueran ya sucedáneos. Es música genérica. En ese panorama, sólo pueden decirnos algo tocando con toda su alma; y con buenas canciones. La música totalmente actual no entiende de géneros, tiene el cacao mental como bandera, y por eso sorprende, se siente cercana por compartir con nosotros la locura del mundo, la cultura del zapping, la postmodernidad y toda esa mierda que siempre decimos, no por tópica menos cierta.
El CD, en mp3 a 192k, con mis favoritas del año, se puede bajar aquí:

En el CD que he hecho este año hay poca guitarra clásica: está Ted Leo con otro de sus himnos para gritar en el coche; los injustamente víctimas de prejuicios Arctic Monkeys; el arrebato adolescente juguetón de Operator Please; y poco más. Las seis cuerdas siguen presentes de otras formas, a su manera también clásicas: como el intenso indie rock de Electrelane; como una canción de Low de las que han hecho toda la vida, metida en su disco más experimental; como apoyo a los teclados del pop bonito de radio ochentera de Those Dancing Days; o como el ataque directo de violencia infantil de Melt-Banana. Y, por supuesto, la guitarra tiene su lugar en la necesariamente llamada música moderna: "Atlas" de Battles es, dicho hasta hartar, el rock del siglo XXII; The Fiery Furnaces, mis amores enervantes, siguen en su frustrante locura maníaco-depresiva; Bearsuit van al grano tocando como un grupo de dibujos animados hipercafeinados. Cualquier intento de enmarcar en géneros la gran mayoría de las canciones que son, oficiosamente, mis favoritas del 2007, es inútil y vano. Pero no sólo en mi caso, sino en el de muchas otras listas. La electrónica, etiqueta vacua y nada explicativa, aparece con Tiger Force, que han hecho la canción más pegadiza del 2007 ("I'm 10, I'm 10, how old are you?"). Las maquinitas no son sino un instrumento más, bien usado por tantos outsiders: Panda Bear, un hombre que quiere ser Brian Wilson creando con Disco Inferno, como bien dicen "si a los Beach Boys se los hubiera tragado la ola"; la odiada Björk y su primitiva arenga a las masas revolucionarias que bailan en el siglo de Battles; la antaño one-hit-wonder de la MTV Imani Coppola desplegando su supersónica y camaleónica personalidad, por fin de vuelta a una discográfica de la mano de Mike Patton, gritándonos que "John Lennon is a trademark of Yoko Ono!". Dizzee Rascal nos ha dado el pepinazo callejero que es "Sirens", mientras M.I.A. sintetiza y adelanta toda la música popular de la primera parte del siglo XXI, visionaria, auténtica y cómplice. Hasta el mainstream nos alegra la vida con sonidos pop del futuro: "Umbrella". PJ Harvey sigue a la suya, y ahora toca que nos deprima con un disco hijo claro del 2007 y que suena a una época en la que no existía la luz eléctrica. Para abrir el CD están los anarquistas adorables de World/Inferno Friendship Society en plan nostálgico, y para cerrarlo el vendaval sónico del apocalipsis del hip-hop de El-P, ayudado en las rimas por Aesop Rock.

El tracklist completo:
1. The World/Inferno Friendship Society - Heart Attack '64 (2:40)
2. Rihanna - Umbrella (4:36)
3. Arctic Monkeys - Teddy Picker (2:41)
4. Operator Please - Just A Song About Ping Pong (2:18)
5. Imani Coppola - J.L.I.A.T.O.Y.O. (3:36)
6. Tiger Force - Syntax Error! (3:01)
7. Ted Leo & The Pharmacists - The Sons of Cain (3:59)
8. The Fiery Furnaces - Navy Nurse (6:29)
9. Bearsuit - More Soul Than Wigan Casino (2:12)
10. Melt-Banana - Cat Brain Land (2:11)
11. M.I.A. - XR2 (4:20)
12. Those Dancing Days - Hitten (3:35)
13. Battles - Atlas (7:07)
14. Electrelane - To The East (4:54)
15. PJ Harvey - The Piano (2:36)
16. Panda Bear - Take Pills (5:23)
17. Björk - Declare Independence (4:40)
18. Dizzee Rascal - Sirens (3:28)
19. Low - Murderer (3:43)
20. El-P - Run The Numbers (4:42)
Y algunas que no han entrado por poquito: "Almost ready" de Dinosaur Jr; "Believe E.S.P." de Deerhoof; "Grip like a vice" de The Go! Team; "Twilight of the innocents" de Ash (sonando algo a Linkin Park); "All the rage" de The Royal We; "Friends" de Ween...

Aunque con la inmediatez y la sobreoferta del mp3 las canciones a menudo brillan mucho más que los largos discos, también ha habido algunos que merecen un best of del año:
1. M.I.A. - "Kala"
2. El-P - "I'll Sleep When I'm Dead"
3. Panda Bear - "Person Pitch"
4. The Fiery Furnaces - "Widow City"
5. Battles - "Mirrored"

Este año me he comprado por fin un mp3 y, en consecuencia, he comprado muchos menos discos. Para compensar un poco, he ido a más conciertos que nunca. Los más inolvidables:
1. Ash (B-Side; Molina de Segura)
2. M.I.A. (Paredes de Coura)
3. Joanna Newsom (Barcelona)
4. Dinosaur Jr (Paredes de Coura)
5. Electrelane (Paredes de Coura)

Si alguien, además de insultarme y llamarme moderno, quiere añadir sus favoritos de cualquier categoría musical, en los comentarios hay espacio infinito y gratuito.
miércoles, 2 de enero de 2008
HAUSU
Hausu (1977)
Dir.: Nobuhiko Obayashi
Japón
"Hausu" es como si los alumnos de una escuela de cine poco conservadora, ansiosos por probar todas las técnicas aprendidas en clase, se hubieran caído en una marmita de LSD durante el rodaje de su proyecto de fin de curso, y para recuperarse se enharinaran bien de farlopa en la sala de montaje, situada en el techo de un tren de alta velocidad en movimiento. Tiene fama de ser una de las pelis más bizarras de la historia, fama más que justificada y que apoyo personalmente. Es un gustazo indescriptible toparse con un experimentalista radical que no sólo no es un coñazo, sino que tiene sentido del humor y de la ligereza y conoce el valor de la diversión. Es una mezcla de pre-videoarte con una casa del terror colocada en un cine de barrio japonés. Obayashi no se pone límites, pero es lo suficientemente inteligente como para colocar sus desvaríos sobre un guión, con una historia de casa encantada, que podría haber sido rodado de forma convencional, y así la avalancha constante de trucos visuales y momentos surrealistas, análoga de alguna manera a las pelis de gags, no satura al espectador, que se podría hartar pronto de las gracietas gratuitas, sino que avanza y se acumula. Esto hace, en algunos climax, que "Hausu" llegue incluso a dar miedo, la única salida junto a la carcajada que se puede dar a la tensión que genera, con una expectativa y sin tregua de "a ver con qué idea/truco nos sale" que genera un clima constante como el previo a un susto de una peli de terror. Le cuesta un poquito arrancar, con una primera parte de interés intermitente; yo y mi déficit de atención somos partidarios, en general, de que la acción principal, de haberla, llegue cuanto antes mejor. Pero en cuanto las adolescentes japonesas llegan a la mansión (que de eso va) uno ya no se quiere bajar de la montaña rusa. Montaje imprevisible, inagotablemente creativo, ¿humor voluntario y terror involuntario? (se cambian las tornas), musiqueta fuera de lugar que diríase robada de alguna italianada de años anteriores, fondos pintados y fondos de croma, las inevitables y siempre agradecidas sangre, patadas y tetas... imposible resumir. Hasta hay uso y abuso de mi debilidad personal: los colores pintados directamente sobre la película. "Hausu" es merecedora del título de "el delirio definitivo".
Iba a subir el vídeo de esta escena, pero ya lo ha hecho alguien. Es el momento en que al director le pegó el subidón más fuerte de ácido, y convirtió la escena de una muchacha devorada por un piano embrujado en un desbarre a medio camino entre el cine de animación, no sé cual, y las pelis surrealistas de Cocteau: