Nu Ji Xie Ren (1991)
Dir.: Jamie Luk
Hong Kong (claro)
El cine de Hong Kong sigue siendo, a estas alturas del eMule, el hermano pobre y tonto del cine oriental. Los más acérrimos de los delirios HongKongonitas seguimos siendo una minoría incluso dentro de la minoría que, a pesar de todo, aún suponen los seguidores del cine bizarro en general y del asiático en particular. Las pelis de chinos de artes marciales, sobre todo de los 70, tienen ya parte del reconocimiento que merecen, pero los innumerables productos gloriosos que surgieron de la colonia inglesa en los 80 y principios de los 90 son todavía, en general, y más allá de sucesos puntuales como John Woo o Tsui Hark, desconocidos o infravalorados; una razón (de varias) podría ser la textura tan característica de sus imágenes, como apagada o plana, que puede pesar a muchos como un halo de cutrerío o vulgaridad, de cinematografía de segunda, de uniformidad que hace difícil distinguir unas pelis de otras. Pero nadie como los chinorris de esa época y lugar supo entender el significado de cine de entretenimiento: "Robotrix" es uno de los mejores ejemplos.
Y ese significado es: imaginación, poca vergüenza y ritmo. "Robotrix" cuenta la historia de una policía que muere en acto de servicio, y es resucitada en forma de androide para ayudar a capturar a un científico loco que, a su vez, se ha suicidado como única posibilidad de transmitir su mente a un cuerpo cibernético superfuerte. Pero esta sinopsis se queda corta, y no explica las sorpresas constantes, lo imprevisible de la trama, los episodios que se salen de la misma por el puro placer de aprovechar una idea. Pasan tantas cosas en hora y media, muchas inesperadas, como para llenar con interés el relleno (llamado eufemísticamente "lagunas de ritmo", algo más común de lo que debería en la exploitaition occidental) de 4 películas. Pasan, por ejemplo, dos violaciones brutales y casi explícitas a cargo de un Terminator, tratadas como escenas de acción. Pasa una especie de minitorneo de lucha entre cyborgs de distintas nacionalidades. Pasan, hacia la mitad del metraje, situaciones gratuitas salidas de un hipotético guión del destape firmado por Philip K. Dick, como una androide cachondona camuflada de pilingui, operación encubierta que acaba interrumpida por una cola de policías disfrazados que quieren disfrutar el momento en su hora del bocadillo. Efectos de cable de todo pelaje, chinas de grandes senos (sale Amy Yip, y no es la mejor) zurrando y fornicando, sangre y violencia, humor chusco que sin embargo funciona... todo un abanico de desvergüenzas que ejemplifica la falta de prejuicios de los hongkongoneses, y cómo saben (o sabían, no conozco mucho el cine actual de HK) darle al espectador lo que está pidiendo a gritos. El festival que es "Robotrix" tiene, además, el extra de estar dignificado por mínimos apuntes de lo que supone ser una máquina; no es "Blade Runner", pero al menos tiene la delicadeza de dejar caer alguna pregunta.
lunes, 3 de diciembre de 2007
ROBOTRIX
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